Parece argumento de una serie erótica y de suspenso ¡Pero no! El entramado de la ilegitimidad dentro de la Casa Real de España es digno de llevarse a la pantalla.
El reciente escándalo sobre adulterio en la Zarzuela tiene como protagonistas a la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarín, su próximo ex marido.
Pero digamos que la tradición en palacio de poner los cuernos a la pareja es añeja y -dicen algunos miembros de la familia real- es genético.
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Remontémonos a 1700 que es cuando comienza el reinado de la Casa Borbón -actual reinante- fundado por Felipe V, tras la victoria en la Guerra de Sucesión y dividido en dos períodos caracterizados por distintos factores.
El primero está determinado por padecimientos mentales de los monarcas, como bipolaridad, trastornos de personalidad y problemas de adaptación.
La segunda etapa Borbónica se registra hacia 1846 cuando Isabel II es obligada a contraer matrimonio con su primo Francisco de Asís, conocido en la corte por su orientación homosexual.
La historia documenta la cantidad y variedad de amantes que tuvo la golosa reina: escritores, políticos, guardias reales y demás, incluso se duda que su legítimo esposo fuera el padre biológico de los 10 hijos que parió quien, por su cuenta, también le daba vuelo a la hilacha con varios amantes hombres.
Uno de sus hijos, Alfonso XII, tenía gran parecido con un militar valenciano de apellido Puigmoltó que fue alejado de Madrid en cuanto nació el heredero al trono para evitar el escándalo. Alfonso XII tuvo una vida corta y ello evitó que, como casi todos los Borbones, se viera obligado a abandonar el trono. Murió de tuberculosis a los 28 años dejando una lista de amantes y un par de hijos bastardos que le costó un pleito carísimo a la corona.
Entra en escena Alfonso XIII, casado con Victoria Eugenia quien prefería ser viuda que divorciada. Heredó la corona a los 16 junto a la fogosidad sexual que puso en práctica sin reparos. Pornógrafo reconocido, fue el primer coleccionista de cintas lujuriosas de España. Alfonso XIII no le fue fiel ni a la Constitución de su país, vivió en el exilio los últimos 10 años de su vida rodeado de lujos gracias a un patrimonio de dudosa procedencia.
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Su herencia económica ha sido una inmoralidad aún durante el reinado de Juan Carlos I, hijo de Juan quien abdicó en su favor y nunca ejerció de monarca, pero la sangre ardiente lo hizo tener sonados romances como el que tuvo con Zsa Zsa Gabor y Nati Mistral.
De Don Juan Carlos I ya conocemos los escándalos amorosos y corruptelas que lo orillaron a dimitir y refugiarse en Arabia Saudita. El Rey emérito tuvo buen ojo; nunca le gustó el ex jugador de baloncesto para su segunda hija, porque como dicen por ahí: Entre gitanos no nos leemos la mano ¡Y tuvo razón!
POR ATALA SARMIENTO
COLUMNAS.ESCENA@HERALDODEMEXICO.COM.MX
@ATASARMI
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