Me cuesta trabajo creer que hayan asesinado a Lourdes Maldonado López, reportera mordaz, combativa, analítica, intensa, pero nunca mal intencionada.
¿Quién la mandó matar? ¿Por qué? Lo más probable es que nunca lo sepamos, la estadística lo dice. Nueve de cada diez asesinatos de periodistas en México quedan impunes, según datos de la Secretaría de Gobernación. En el caso de Lubby, como la conocíamos sus amigos, el sistema de protección a periodistas -que implementa la propia Segob- no sirvió para nada. Ella misma acudió al presidente López Obrador para pedir ayuda y protección porque tenía miedo. Terminó ejecutada cobardemente, en la puerta de su casa, con un disparo en la cara.
Era intensa, como buena veracruzana, aunque ella se decía chilanga. Su carácter recio la envolvía con frecuencia en discusiones profesionales con sus compañeros. Lubby era transparente, mal hablada y defensora de las mujeres. También buena amiga, por eso era mejor hablar de temas personales que debatir con ella sobre periodismo o política.
Fue reportera en la redacción de 24 Horas, que encabezaba Jacobo Zabludovsky, en los 80. Lourdes Maldonado era aguerrida y no se dejaba de nadie, pero Jacobo le imponía. Se ganó su simpatía por irreverente y arrojada, le decía cosas que nadie más se atrevía. En los 90 emigró a Tijuana para hacer vida en la frontera. Su familia eran sus compañeros de la redacción, varios gatos y un perro.
En el canal 12 de Televisa Tijuana, su compañero inseparable de coberturas fue Raúl García (QEPD), un veterano camarógrafo bajito, de bigote y cabello entrecano, a quien conocía desde que ambos trabajaron en Televisa, en la Ciudad de México. Raúl sabía muy bien cómo lidiar con Lourdes. Grandota, vámonos, hoy te tocó con papá, le decía todas las mañanas. Lourdes le contestaba, sacudiendo su larga y ensortijada cabellera, vámonos viejito, te sacaste la lotería, otra vez.
A Lourdes Maldonado la mataron 20 días antes de cumplir 69 años. Su último trabajo fue en Brebaje Noticias, en Tijuana, donde hablaba sin miedo de los temas que investigaba. Temía por su vida y lo denunció, pidió ayuda al mismísimo Presidente de la República. De nada sirvió. La noticia de su asesinato fue publicada por medios de todo el mundo y refrendó que México es el país más peligroso del planeta para ejercer el periodismo. Aún me cuesta trabajo creer que la mataron.
BON APPÉTIT
El doctor Miguel Ángel Navarro, con 51.5 por ciento, está en segundo lugar de los gobernadores mejor evaluados de Arias Consultores. Evelyn Salgado, de Guerrero, estaba en segundo y cayó al tercero, con 51 por ciento. Maru Campos, de Chihuahua, volvió a subir y llegó al cuarto sitio con 48.6 por ciento.
POR ALEJANDRO CACHO
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