HABÍA UNA VEZ EN MÉXICO

Habrá aeropuerto en Texcoco

El presidente Andrés Manuel López Obrador canceló la construcción de este puerto aéreo

OPINIÓN

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Mariana Otero-Briz / Había una vez en México / El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El oleaje acústico de una de las urbes más bulliciosas del planeta es un recuerdo. “Tamales oaxaqueños, calientitos…”, “…y fierro viejo que vendan”, así como el chillido de las sirenas policiacas son ecos que chocan contra un mar de edificios gubernamentales despoblados y avenidas desiertas en la fantasmagórica Ciudad de México. Esta es la historia:

Cansado de las corruptelas y los compadrazgos entre el poder político y económico, un presidente eligió primer acto de gobierno cancelar uno de los proyectos aeronáuticos más ambiciosos de la historia.

Acusó malos manejos, dispendio, y, sobre todo, una inversión exagerada en un país con enormes carencias. En su lugar, a poco más de una hora en automóvil del Zócalo Capitalino, y con apego a la filosofía presidencial, las heroicas fuerzas militares construyeron un aeropuerto de proporciones y alcances más austeros.

No habrá elecciones

El tránsito vehicular, triplicó el tiempo para llegar desde el aeropuerto zumpanguense hasta la sede en que el presidente se encontraría con su homólogo estadounidense. La cita se perdió por el retraso de dos horas con veintidós minutos.

Como era costumbre, el error se convirtió en oportunidad: Una, para culpar a otras administraciones por la saturación de caminos, el exceso de microbuses y los enormes baches del pasado. Pero la otra, para emprender la construcción de pequeños aeropuertos en diversas ubicaciones del país.

Matar varios gansos de un tiro era para este presidente una disciplina deportiva, de ahí que aprovechó para concretar el sueño de
descentralizar el aparato de gobierno. Por ejemplo, habiendo aeropuertos en Cholula, Atlixco y Tehuacán, se trasladó a la Secretaría de Educación Pública a Puebla. También, con austeros y bien decorados aeródromos en Villahermosa, Paraíso y Macuspana, miles de trabajadores de la Secretaría de Energía cambiaron su residencia a Tabasco.

En tiempo récord, pues este presidente tenía la palabra obstinada y las ideas empeñadas, la Ciudad de México se despidió de millones de habitantes.

Con tantas pistas aerodinámicas en juego se perdió el juego de las pistas políticas, y al éxodo de chilangos siguió el éxodo de contribuciones tributarias. La Ciudad de México registró la más baja recaudación en décadas. La gobernadora de la gran capital perdió tantos recursos presupuestales como preferencias electorales; y a pesar de contar con los bríos de Palacio Nacional para dar continuidad al proyecto en turno, no lo logró.

Años después, desde el Estado de México, la Secretaría de Salud lanza una campaña para atender los padecimientos auditivos por contaminación acústica derivada de tantas terminales aéreas. Mientras tanto, en la Ciudad de México silenciosos celebramos el anuncio de que se retomará la construcción del aeropuerto en Texcoco.

Por: Mariana Otero-Briz
Periodista y escritora
@Brizcocho