Antes de centrarnos en la Consulta de Revocación de Mandato, que es el pretexto del jaloneo más reciente entre algunos consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) y la 4T, regresemos un paso.
¿Cuesta demasiado la democracia mexicana?, ¿es de las más caras del mundo?, ¿se justifica el gasto?, ¿puede reducirse? Comparemos. ¿Cuánto cuesta el voto, por elector, en distintos países?
Según un estudio de la BBC, 11.67 dólares en EU; en Francia, 1.88; en Rusia, 0.44 dólares.
Más datos, más cerca de nuestro país: Chile: 6.54 dólares; Honduras, 6.39; Colombia, 4.95; Perú, 4.98; Argentina, 3.67. ¿En México?, 25 dólares.
Cierto que el INE gasta más porque tiene más atribuciones, como imprimir credenciales de elector, por ejemplo. Es obvio que se trata de atribuciones irrenunciables, pues le fueron dadas por los partidos, a través de sus legisladores en el Congreso, y están en la Constitución.
Pero también es cierto que se puede (y debe) ahorrar. Hay onerosas bolsas que contemplan servicios de comidas, gastos médicos, telefonía móvil, tintorería, gasolina y un largo etcétera, que podrían recortarse. No hay que huirle al debate. Y tampoco tenemos que estar todos de acuerdo.
Pero, si gracias al jaloneo por la Consulta de Revocación de Mandato ya estamos en estas, hay que hablar, al menos, de la importancia de una Reforma Electoral que contemple, como mínimo, cuatro grandes cosas que, no está de más decirlo, no gustan a los partidos que, hace tiempo, tripulan al árbitro electoral:
1) Reducción del financiamiento público a los partidos. ¿Por qué los vamos a seguir manteniendo usted y yo con nuestro dinero?
2) Simplificar el derecho a votar (más tecnología, menos gastos operativos: boletas, mamparas, papelería electoral…).
3) Redefinir la manera en que se reparten los espacios en el Consejo General del Instituto Electoral. Hoy, el reparto es por cuotas; tantos legisladores tienes, tantos asientos te corresponden.
4) Terminar con la spotiza. Los ciudadanos recibimos un bombardeo de spots en tiempos electorales. Los partidos llenan 20 segundos con frases huecas o mensajes “pegajosos” donde no hay espacio para las ideas y propuestas.
Además, no pagan por el uso de ese tiempo que es nocivo para los medios de comunicación y, más importante, para las audiencias.
Debe cambiar el esquema de asignación de espacios en radio y televisión.
¿Quiénes no estarán de acuerdo con alguno de esos cuatro puntos? Quienes se benefician o viven de ese dineral (más
de 24 mil millones de pesos anuales): los partidos y
quienes se alimentan de un presupuesto que, a manos llenas, manejan.
POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
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