¿A quién le miente más?, ¿a los mexicanos en su conjunto o a López Obrador en lo particular? Este tipo de interrogantes vienen al cuento en casos como el del proyecto de la refinería de Dos Bocas.
Los engaños alrededor de su construcción han pasado desde arrasar cuantiosas áreas naturales, aspecto que ha sido encubierto por la Secretaría de Energía federal, hasta mostrar una fotografía no actualizada para negar la más reciente inundación ocurrida en las instalaciones, una situación que se presenta con relativa frecuencia.
Olvida la autoridad el poder de las “benditas redes sociales”, pues tan pronto Rocío Nahle, titular de la secretaria, publicó la mencionada fotografía, se demostró lo trucado de la misma.
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Ya van varios intentos de la funcionaria por tergiversar distintos hechos. Habría que recordar el bochornoso incidente aquel durante una de las reuniones de la OPEP a la que asistió de manera virtual. Ella se ufanó que le habían aplaudido por su participación cuando no fue así. En realidad muchos de los otros participantes se burlaron de sus planteamientos y del posicionamiento del gobierno de México.
Pero vayamos a lo importante: estos embustes y deformaciones tienen implicaciones tanto en las políticas públicas como en los ámbitos de las relaciones políticas. Por cuanto a las primeras, lo que debería ser inversión se torna en gasto; en las segundas, se cae en posicionamientos como es el apoyar a Cuitláhuac García, gobernador de Veracruz, quien ya es evidente que de forma continua desprecia la ley.
El veracruzano es aliado de Nahle (también, sabemos, de Claudia Sheinbaum, jefa del gobierno capitalino), pero por mucho que la secretaria lo apoye, eso no hará que desaparezcan las violaciones a los derechos humanos cometidas recientemente en Veracruz ni las propuestas del gobierno local en contra del derecho a la libertad, como la reforma penal y la iniciativa sobre “ultrajes a la autoridad”. Dicho esperpento legal fue derogado, pero muestra el talante del gobernador quien no soporta la crítica. Para callarla, optó por ofrecer cárcel en lugar de diálogo.
Volvamos a lo primero. El insistir en refinar el petróleo en lugar de solo extraerlo, resultará en costos más onerosos y menores ganancias para Pemex, la petrolera a nivel mundial menos eficiente y con mayor número de empleados. Se invierte en el mantenimiento de Dos Bocas y en Deer Park, pero por lo que respecta al presupuesto etiquetado para el resto de las áreas y aspectos, este solo ha disminuido desde el 2018.
La deuda de Pemex pasó de 100 billones de USD (2018) a más de 113 (2021), aunque el gobierno presuma de lo contrario. Además este aumento, que no cuenta como inversión, ni siquiera pagó los intereses crecientes.
El manejo de Pemex, descrito por Nahle como perfecto, logró que se perdiera el grado de inversión y con ello el acceso a crédito barato. No solo eso, la sangría de Pemex es apabullante. En el 2020 perdió 35 billones de dólares y el año pasado 26 billones. No se puede culpar al sexenio pasado, en el 2018 Pemex tuvo ganancias por un total de 2.2 billones.
No se diga del gasolinazo el cual no lo nombran como tal, pero que se siente en los bolsillos y se constata en un aumento en el precio de los combustibles.
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Total, que hasta mentir lo hacen mal; la situación económica lo comprueba. Momento de que Nahle pare, a menos que lo que busque sea dar material para la sección —no censurada— de “quién es quién en las mentiras de la semana”...
POR VERÓNICA MALO
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM
@MALOGUZMANVERO
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