Con el inicio de un nuevo año, llegan invariablemente una serie de suspicacias relacionadas a la vida pública del país. Además, 2022 inicia como el tercer año con la presencia de una pandemia que ha exigido una profunda y acelerada reconversión de todo aquello que nos representa como humanidad. Los sistemas políticos y económicos fueron los primeros afectados, hasta el momento su recuperación (que va de la mano con los avances médicos) es paulatina y volátil, en particular en los países en desarrollo donde el acceso a vacunas y mejores servicios se complejiza.
Bajo este contexto, los retos que se presentan en México son muy grandes y diversos. En lo económico el desempeño a nivel nacional fue rescatable, hubo un crecimiento si consideramos la debacle que representó para los sectores productivos y de servicios el 2020, no obstante, no fue el esperado considerando las tazas de crecimiento alrededor del mundo.
En ese sentido, se puede tratar de una señal de que México esta dejando de resultar atractivo para la inversión privada, ejemplo de ello resulta la decisión de Citigroup de salir del país que, si bien se trata de una estrategia global, nuestro país no deja de representar uno de los principales mercados no sólo regionales sino mundiales.
Al punto anterior habría que agregar el fenómeno internacional inflacionario que aquí se traduce en un 7% y que impacta directamente a los bolsillos de las familias de menos ingresos. Aunado a lo anterior, vale la pena recordar la llegada de la nueva Gobernadora del Banco de México, Victoria Rodríguez, que si bien cumple con algunos criterios del perfil carece de experiencia en materia monetaria y que tendrá que estar a la altura de las exigencias coyunturales.
En lo que respecta al asunto político, es inevitable atender las elecciones que se llevarán a cabo en seis entidades de la República Mexicana, las implicaciones que representa para las diversas fuerzas partidistas y se deberá prestar atención especial al rol que pudiera jugar el crimen organizado en el desarrollo de estas. Hemos sido testigos de los alcances que tienen y como se ha convertido en un factor importante durante los últimos comicios celebrados y las implicaciones que representa la pérdida del control del Estado en algunas partes del país.
De igual forma, el proceso de sucesión presidencial que se adelantó se incrementará y muy seguramente a los nombres que ya suenan se sumarán el de otros aspirantes que tendrán que irse posicionando desde sus trincheras, en espera de la oportunidad de aparecer en las boletas en 2024. Asimismo, la novela en lo que se ha convertido el proceso de revocación de mandato nos indica que se llevará a cabo, aún si saberse a ciencia cierta las particularidades ni los alcances, a pesar de que siguen en duda las razones del por qué el grupo en el poder es el más insistente en que ocurran y que nadie está interesado en interrumpir el mandato del presidente.
Finalmente, otros de los temas a considerar este 2022 son la entrega de los proyectos prioritarios de infraestructura como el nuevo aeropuerto, la refinería, y en menor medida el Tren Maya, que ha demostrado múltiples complicaciones administrativas, legales y hasta culturales durante su desarrollo.
Sin duda, el factor más importante a considerar es la incertidumbre, insisto, estamos en terrenos desconocidos a expensas de lo que ocurra con un virus que pareciera que se convertirá en una endemia, con la que tendremos que aprender a vivir de ahora en adelante.
POR AZUL ETCHEVERRY
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