Ello sucedió en Kazajistán, en Asia Central. El 9º país más grande del mundo. Tiene seis mil 846 kilómetros de frontera con Rusia, más de mil 600 con China, dos mil 202 con Uzbekistán y casi mil con Kirguistán. Posee 3 por ciento de las reservas mundiales de petróleo. Produce alrededor de 1.7 millones de barriles diarios, como México. Es el país más rico en minerales en el mundo, todos los de la tabla de elementos. Primer productor mundial de uranio.
Su población es de 19 millones de habitantes, la mayoría de ellos de origen kazajo, aunque también hay rusos y uzbekos.
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Durante la época de Stalin, perseguidos políticos y minorías fueron exiliados al clima inclemente de Kazajistán, entre ellos León Trotsky. Ahí se encuentra el cosmódromo de Baikonur y la zona muerta de Semipalatinsk, dónde se llevaron a cabo las pruebas nucleares de la URSS.
Kazajistán se independizó en 1991, tras la disolución de la URSS. Desde entonces y hasta 2019 su presidente fue Nursultan Nazarbayev, antes secretario general del Partido Comunista en la región. Nazarbayev se convirtió en el líder de la transición y presidente vitalicio. Estableció una zona libre de armas nucleares, siguiendo el ejemplo del Tratado de Tlatelolco.
Buscó marcar la diferencia identitaria kazaja de la rusa. Trasladó la capital desde Almaty (antes Alma Ata) en el sur, al norte, a Astana, que cambió de nombre en 2019 a Nur Sultan. Promovió el uso del kazajo, una lengua de origen turco. Los puestos en el gobierno se distribuyeron con base en el origen de clanes. El de Nazarbayev, conocido como el de la Horda Mayor, es el más importante política y económicamente. El de la Horda Media ocupó los cargos burocráticos. En 2019, Nazarbayev se retiró de la presidencia y nombró a Kassym Jomart Tokayev, entonces presidente del Senado, como presidente interino, reelegido posteriormente.
En su larga gestión, equilibró la relación con Rusia, con acercamientos a China y a Estados Unidos. Brindó a Kazajistán una época de estabilidad política y económica, pero incierta ante el futuro y su sucesión. La desigualdad y la corrupción se exacerbaron. La violencia de las recientes protestas, inexplicable sólo por el fin de los subsidios y la reacción del gobierno kazajo encabezado por Tokayev sorprendió a muchos.
El mar de fondo parece ser una encarnizada lucha sucesoria, en la que se daría un desplazamiento de la familia y el grupo político de Nazarbayev y un empoderamiento de una clase dirigente tecnócrata, encabezada por Tokayev, quien fue dos veces ministro de Asuntos Exteriores y funcionario de Naciones Unidas. Las últimas declaraciones del presidente sobre un intento de “golpe de Estado” lo confirmarían.
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Tokayev llamó en su auxilio a Rusia y a la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (CSTO), quienes enviaron ya a dos mil 30 elementos para “mantener la paz”.
Fui embajadora concurrente de México ante Kazajistán de 2013 a 2017. Lo visité varias veces. Conocí a sus líderes. Impulsé iniciativas conjuntas a favor del desarme nuclear. En ese periodo, Kazajistán abrió su embajada en México.
POR MARTHA BÁRCENA COQUI
EMBAJADORA EMINENTE
MARTHA.BARCENA@ELHERALDODEMEXICO.COM
@MARTHA_BARCENA
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