PANORAMA INTERNACIONAL ANÁHUAC

Holmes y el mito de Silicon

Con la condena por fraude a Elizabeth Holmes se confirma la imprecisión de una de las leyendas que ha acompañado a Silicon Valley por décadas

OPINIÓN

·
Laura Coronado Contreras / Panorama Internacional Anáhuac / Opinión de MéxicoCréditos: Foto: Especial

El fin del sueño de Theranos, una empresa tecnológica de salud que llegó a ser valuada en 9 mil millones de dólares era impensable hace unos años. Liderada por una mujer considerada como la “nueva Steve Jobs” prometía revolucionar el diagnóstico de enfermedades sin el uso de las temibles agujas. Sin embargo, con la condena por fraude a Elizabeth Holmes se confirma la imprecisión de una de las leyendas que ha acompañado a Silicon Valley por décadas.

Joseph Campbell señalaba que “los mitos son sueños públicos” y asociamos a la tecnología con la improvisación y el azar. Constantemente escuchamos de start-ups que convierten a sus fundadores en billonarios, CEO’s cuyo liderazgo es referente empresarial e inversionistas que confían en proyectos elaborados desde un garaje o por jóvenes con carreras universitarias inconclusas.

TE PUEDE INTERESAR: ¿El año menos caluroso del resto de nuestras vidas?

¿Por qué confiaron en una estudiante de 19 años? Holmes es tataranieta de un cirujano, inventor y decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Cincinnati. Alumna brillante de química en la Universidad de Stanford, que tuvo una estancia en el Instituto del Genoma de Singapur. Contaba con credenciales y el apoyo del profesor Channing Robertson para iniciar su proyecto. Era joven pero no improvisada. Su problema fue una desmedida ambición, la falta de controles gubernamentales y una sociedad ávida por ensalzar compañías hechas al vapor.

Los medios la comparaban con otros jóvenes empresarios-estrellas. En su gestión los imitaba con vestuarios sencillos y un lenguaje cotidiano, pero, en el fondo, era distinta a los fundadores de Apple, Microsoft o Meta, quienes se han preocupado por sumar a sus equipos el mayor talento posible y acercar a las mejores mentes a sus proyectos. Basta con mencionar el programa entre la OEA y Meta para capacitar a miles de creadores de América Latina en Realidad Aumentada o la labor de la Fundación Bill y Melinda Gates en investigación científica y la erradicación de enfermedades en África.

TE PUEDE INTERESAR: La otra pandemia: violencia contra la mujer

El mito de la genialidad se popularizó con el dato en común de relegar sus estudios universitarios para emprender sus propios negocios dejando de lado sus esfuerzos previos. Zuckerberg ganó premios en ciencias y contó con un tutor privado especializado en desarrollo de software. Gates acudió a centros de educación de élite y Jobs formó parte del programa de ingenieros de Hewlett-Packard que enseñaban a niños y jóvenes.

En una sociedad global que enaltece el antiestablishment vale la pena recordar a Jane Austen quien mencionaba que el “genio no es a menudo otra cosa que perseverancia bien disfrazada”. Holmes se perdió en el camino y ahora será ejemplo de las consecuencias de tomar a la ligera la salud y privilegiar el ego y las ganancias frente al trabajo duro.

POR LAURA CORONADO CONTRERAS
INVESTIGADORA DE LA UNIVERSIDAD ANÁHUAC MÉXICO. AUTORA DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN EL CIBERESPACIO (TIRANT), LA REGULACIÓN GLOBAL DEL CIBERESPACIO (PORRÚA) Y 12 ÓPERAS PARA CONOCER EL DERECHO (BOSCH)

CAR

SIGUE LEYENDO

La política de ciberseguridad de los Estados

El futuro de Turquía con la Unión Europea

De Copenhague a Glasglow