COLUMNA INVITADA

¿Qué pasa en la UJAT?

En los años recientes, esta universidad ha dado pasos importantes para consolidarse como un centro de reflexión

OPINIÓN

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Ernesto Villanueva / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En el mundo académico, la xenofobia (la fobia a lo extranjero) ha sido la excepción a la regla en México; antes bien, cómo olvidar que fue el expresidente Lázaro Cárdenas quien promovió el asilo español dando entrada a más de 25 mil nacionales de ese país entre 1939 y 1942 que mucho bien hicieron a México en el terreno de la medicina, las ciencias sociales, el derecho y la cultura, tan sólo por citar unos ejemplos.

Así se formó El Colegio de México, el Fondo de Cultura Económica, entre otras instituciones.

30 años después, México abrió sus puertas a argentinos y chilenos que también fortalecieron los cuadros académicos de las universidades públicas del país, especialmente la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En algunos estados de la República Mexicana se siguió esa sana política pública, incluido Tabasco.

No obstante, ahora, en la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), la máxima casa de estudios de Tabasco, sucede un caso insólito.

Esa institución alberga a una de las más reconocidas juristas mexicanas, la doctora Gisela Pérez Fuentes, quien cuenta con el mayor reconocimiento a la investigación nacional, al ser reconocida por el Sistema Nacional de Investigadores del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) con el nivel III

Gisela creó, organizó y logró que el programa doctoral en derecho de la UJAT estuviera inscrito en el Padrón de Posgrados de Calidad del Conacyt, y ha sido promotora de esa universidad en los más distintos foros en los que participa, en los que visibiliza dignamente a ese centro de estudios.

Llegó a la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco a invitación expresa para que se trasladara de España a México. Y esa decisión, como en otros casos, fue venturosa.

Los resultados hablan por sí mismos.

La formación de recursos humanos de alto nivel da cuenta de su seriedad y empeño profesional.

Paradójicamente, sus credenciales académicas, su nacionalidad española y su condición de mujer se han convertido en caldo de cultivo que alimenta una campaña en redes sociales en su entorno que afectan sus derechos de la personalidad (honor, vida privada y propia imagen).

El problema es que, al parecer, esa iniciativa que lastima a esta distinguida académica proviene de algunas autoridades de la UJAT, donde concurren, por acción u omisión, diversos tomadores decisiones.

El rector Guillermo Narváez Osorio tiene frente a sí una importante ventana de oportunidad para desplegar sus destrezas como directivo, a efecto de reencauzar el camino de la civilidad y la ley como la única vía donde se diriman las naturales diferencias de percepción y de criterio.

En los años recientes, esta universidad ha dado pasos importantes para consolidarse como un centro de reflexión de calidad.

Hoy, en la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco este sendero parece haberse perdido. Hay que encontrarlo.

POR ERNESTO VILLANUEVA

COLABORADOR

@EVILLANUEVAMX

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