COLUMNA INVITADA

La historia se viste totalmente palacio

Disfrazarse de historia es la mejor manera de engañar el presente y hacerlo es pasatiempo común entre políticos y funcionarios públicos

OPINIÓN

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Óscar Sandoval / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Disfrazarse de historia es la mejor manera de engañar el presente y hacerlo es pasatiempo común entre políticos y funcionarios públicos. Irónicamente, hacerlo suele sumar puntos positivos en la popularidad del gobernante y/o justificar decisiones institucionales que tienen como frontera aparente las atribuciones de ley.

Hoy, Alejandra Palacios concluye su periodo como presidenta de la Cofece y adelanta unos meses, de febrero 2021 a septiembre 2022, su salida como comisionada.

Mucho se crítica, con justificada razón, a quienes como el ministro Zaldívar buscan alargar su mandato constitucional, pero poco a quienes por interés personal dejan el cargo que juraron antes de concluir. Ambos son incumplimientos.

Palacios, que autodenomina su actuar profesional como “luchando en contra del capitalismo de cuates”, tuvo la visión de observar y difundir debates acerca de como utilizar a los reguladores sectoriales para detonar la competencia en otros países, pero no necesariamente los impulsó en México.

Tiene razón en que la frontera de sus atribuciones limitó su actuar, pero tampoco fue capaz de impulsar una agenda a favor de la competencia económica en un entorno en el que el sentimiento unánime de acabar con la corrupción mantiene al presidente López Obrador con altos niveles de popularidad.

La competencia económica es una forma de quitarle oxígeno y no logró explicarlo, tal vez porque desde una visión tecnócrata solo ve el dato y no la repercusión en la vida diaria, cosa que hace muy bien el mandatario.

Jana encontró en el “opinión a título personal” la forma de no quedarse callada, pero olvidó que puede más la investidura que la opinión, la razón o los argumentos. Lo vivirá en carne propia ahora que estará fuera de esa sombra.

El gas LP es un ejemplo. La liberalización de precios de venta al público de uno determinado por decreto a uno definido por mercado en 2017, mismo año en que ella asumió como presidenta de la Comisión, tuvieron un impacto en el precio, pero no en la competencia: derrota de la Comisión.

El titular de la Profeco, Ricardo Sheffield, lo dice con toda claridad, quien nos vende gas a los ciudadanos es una misma pipa o camión de transporte que solo cambia el rótulo. La medida es resultado de muchos abusos permitidos de parte de la autoridad. Duela o no, el Gas Bienestar es una forma de romper con ese monopolio de complicidades y evidenciar la incapacidad de quienes tienen o tenían la responsabilidad.

Es cierto, en el mediano y largo plazo puede ser un vicio para la competencia, pero al menos es acción real y no resolución en papel y multa absurda que no resarce el daño a la economía familiar. El presidente no necesitó ninguna autoridad investigadora para saber lo que todos vivimos en la calle: el abuso de “cuates”. 

Lo lamentable es que los neoliberales son quienes siguen dando argumentos al presidente López Obrador para implementar políticas que, en presente, al menos son llanto añejo callado.

En estos tiempos hay quien como Margarita Zavala van a rezar a España, perdón a participar de congregaciones políticas de derecha, y quienes actúan conforme a la realidad del país en el que vivimos. Nuevamente los neoliberales dándole la razón al presidente y viajando en Premier creyendo que se nos olvidó su viaje en turista cuando dejaron la presidencia.

Creo firmemente en la libertad y en la fuerza positiva del mercado, como todo y todos, tiene sus vicios, el reto está en no justificarlos. Lo decimos de cuates.

POR ÓSCAR SANDOVAL SAENZ
CONSULTOR, SOCIO DE 27 PIVOT
OSANDOVALSAENZ@27PIVOT.COM
@OSANDOVALSAENZ 

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