LA ENCERRONA

Desmantelar los conceptos maniqueos

Caer en los extremismos nos pueden llevar a ver fantasmas donde no los hay

OPINIÓN

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Adriana Sarur / La Encerrona / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En la actualidad de nuestro país existen aires de polarización (por decir lo menos) en todos los ámbitos, pero mucho más tangible en la arena política. Bueno o malo; blanco o negro; dulce o salado; izquierda o derecha; monarquía o república; chairo o fifí; amor u odio; comunismo o capitalismo; socialismo o fascismo; Maquiavelo o Schmitt; democracia o dictadura; nosotros o ellos y una gran cantidad de conceptos maniqueos están colmando las discusiones públicas para colocarse en algún extremo del cartesiano político. Sin embargo entre esta terminología conceptual sólo puede haber una máxime para que este debate sea posible: en cada una de estas directrices existen matices.

En este sentido, la llegada a nuestro país de Santiago Abascal y demás representantes del partido español VOX –por invitación de alguna fracción del PAN–, sólo ha incrementado la disputa pública en los días recientes. Debemos ser claros y la postura que asumen algunos personajes dentro de Acción Nacional es realmente preocupante. VOX es un partido que se reconoce de ultraderecha católica que tomó auge en esta oleada donde se radicalizó el discurso no sólo en España, sino en toda Europa occidental, Estados Unidos y América del Sur, ejemplos como Le Pen en Francia, Johnson en Gran Bretaña, Bolsonaro en Brasil o, por supuesto, Trump, dan cuenta de ello.

Así, VOX arriba al juego político español en medio de declaraciones estruendosas en contra de todo lo que huela a “comunismo”, señalando a Podemos y sus actores como Iglesias o Errejón, como estalinistas consumados y que sólo convertirían a España en una república socialista trasnochada. Estos enunciados hicieron eco en una población de más de 60 años y de comunidades rurales, tal cual como pasara con el plebiscito del Brexit o los férreos votantes de Trump. VOX le habla a los nostálgicos del dictador Franco, aquellos que añoran hacer de España “great again”. Aquí radica la peligrosidad de esta alianza (¿?) con el PAN.

Ahora bien, volvamos a desmantelar los conceptos binarios. ¿López Obrador es comunista y Acción Nacional ondea la bandera del nazismo? No se debe caer en los riesgosos extremos (como lo hemos visto en estos días en redes sociales). El presidente López Obrador no es comunista, incluso nos hemos podido percatar mediante su manera de llevar la administración pública, que ni siquiera se puede considerar un gobierno que enarbola los valores de izquierda. Por otro lado y, si bien la Carta Madrid firmada por VOX y el PAN, “para detener al comunismo en la –Iberoesfera–” representa una alerta, a Acción Nacional tampoco se le puede considerar nazista o fascista, pues tanto en los gobiernos estatales y nacionales, como al interior del partido, existe un respeto por el ideario democrático (al menos en su generalidad). Es decir, el primero se asume de izquierda y el segundo de derecha y es todo.

En este marco de dimes y diretes, parece que a la ciudadanía mexicana le ha llegado el momento de revisar muy bien cada oferta del espectro político del país, sin caer en los extremos teóricos ni prácticos, pues estos tienden a rozarse. Hoy más que nunca debemos comprender que los tonos grisáceos son esenciales para colocar a cada concepto en su justo medio y que caer en los extremismos nos pueden llevar a ver fantasmas donde no los hay.

POR ADRIANA SARUR
ADRIANASARUR@HOTMAIL.COM
@ASARUR

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