COLUMNA INVITADA

Minería y bienestar

Es posible hacer que la minería vuelva a ser una palanca de desarrollo local y no sólo un botín para empresas extranjeras

OPINIÓN

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David Monreal / Colaborador / Opinión El Heraldo de México Créditos: Especial

Recientemente trascendió, como noticia nacional, el hecho de que México incrementó 43 por ciento su cartera de inversión en minería de oro, mediante el capital de 12 empresas, cuyos proyectos comenzarán entre 2021 y 2024 (dos de ellos este mismo año en nuestra entidad), con lo que se espera producir un millón 252 mil 400 onzas de oro, pero surge una pregunta fundamental: ¿habrá beneficios para las y los trabajadores, así como para las comunidades mineras de Zacatecas? 

En nuestro estado, literalmente, vivimos sobre una mina de oro y plata. De acuerdo con el Informe Anual 2020 de la Cámara Minera de México (Camimex), 82 por ciento del valor total de la producción nacional recae en cinco minerales: oro (27.7 por ciento), cobre (24.6 por ciento), plata (16.1 por ciento), zinc (7 por ciento) y hierro (6.6 por ciento), de los cuales nuestro estado destaca en la producción de los primero cuatro.

Por ello, no sorprende que las actividades mineras en Zacatecas sean consideradas estratégicas, ya que representan 11.2 por ciento del PIB del estado, lo que implica casi el doble de la participación del sector respecto al promedio nacional (5.1 por ciento). 

Además, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2018 se realizaron exportaciones con un valor de poco más de 3 mil millones de dólares, de los cuales algo más de una tercera parte correspondieron a exportaciones por minerales; sin embargo, estos datos poco tienen que ver con el impacto social que genera, ya que sólo el 2 por ciento de la población económicamente activa se dedica al sector de la industria extractiva y de electricidad.

En este sentido, es fundamental que la actividad busque generar mayor derrama económica en los municipios donde concentra su actividad, así como reforzar los mecanismos para el cuidado del agua y del medio ambiente, en general, para cumplir con los objetivos de sustentabilidad que garanticen que la productividad no atente contra el bienestar, sino, por el contrario, sea una forma de acceder a mejores condiciones de vida para quienes laboran o se vinculan con este sector. 

Entre las acciones que se pueden llevar a cabo para mejorar el impacto social de la actividad mineras se encuentran: la integración de egresadas y egresados de nuestras instituciones educativas en el mercado laboral relativo, el desarrollo de proveedores locales, y el encadenamiento productivo de pequeñas y medianas empresas.

Del mismo modo, es crucial fomentar que las inversiones de la iniciativa privada no se limiten a la exploración y extracción, sino que tengan una visión de desarrollo de mediano y largo plazo, que incluya la creación de infraestructura para el procesamiento de los minerales a nivel local, así como un plan de integración con otras industrias, como la metalmecánica y la electrónica. Con estos objetivos en mente, es posible hacer que la minería vuelva a ser una palanca de desarrollo local y no sólo un botín para empresas extranjeras.

POR DAVID MONREAL
COLABORADOR
@DAVIDMONREALA

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