COLUMNA INVITADA

La Reforma Laboral, instrumento de democracia sindical

En el sistema laboral no puede haber confusiones; hoy por hoy, las y los trabajadores de México cuentan con más y mejores reglas para aprovechar al máximo el derecho a la libre asociación

OPINIÓN

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Pedro Haces Barba/Colaborador/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En el sistema laboral no puede haber confusiones; hoy por hoy, las y los trabajadores de México cuentan con más y mejores reglas para aprovechar al máximo el derecho a la libre asociación. 

Los sindicatos tenemos el mandato de la clase trabajadora de velar por sus derechos, hacerlos valer e incrementar así el bienestar de sus familias. 

En nuestro país hemos transitado de épocas oscuras, donde los líderes sindicales eran de adorno y, en contubernio con los antiguos regímenes, pisoteaban sin pudor los derechos laborales. 

Le pese a quien le pese, eso ya cambió. Puedo entender que, al visibilizar a la clase obrera, el presidente Andrés Manuel López Obrador pisó muchos callos de aquellos que se seguían enriqueciendo a costa de robar los recursos y derechos de quienes trabajan, pero eso no es justificación para negar el hecho concreto de que hoy la clase obrera tiene voz, voto y lo ejerce, además de que cuenta con diferentes mecanismos para hacerse notar, pedir justicia y ejercer castigo. Contrapesos le dicen. 

Lo que pasó en Silao, Guanajuato, es una muestra de ello. Independientemente de las legítimas voces opositoras, el hecho innegable es que la Reforma Laboral sigue dando frutos.  

Los más de 5 mil 876 trabajadores, es decir el 90 por ciento del padrón total de 6 mil 494 que estaban convocados, decidieron —en votación libre, directa y secreta—, dar por terminado un contrato colectivo que no les convenía.  

Resalto aquí que el puro ejercicio de votación es digno de reconocerse, pues se llevó a cabo con dignidad, orden y respeto por parte de los trabajadores y de la empresa. 

Eso es lo que debemos tener en cuenta, que hoy los trabajadores son sujetos de acción política laboral, participan y deciden. Y, en el caso que nos ocupa, decidieron castigar a aquellos que no les han ayudado a crecer ni a proteger sus fuentes de empleo. 

En resumen, decidieron cambiar a sus líderes sindicales para buscar, a través de una elección democrática, a otros más empáticos con la problemática propia de su entorno laboral. 

Ese es el objetivo de la modernización de los sindicatos y su gobernanza; ya no hay posibilidades de que los trabajadores sigan siendo objeto de abusos. El mejor y más evidente legado de la Cuarta Transformación, que echó a andar el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, es que se implementaron, a través de la Reforma Laboral, los mecanismos para la participación activa de los trabajadores en la defensa de sus derechos. 

POR PEDRO HACES BARBA

SECRETARIO GENERAL DE LA CONFEDERACIÓN AUTÓNOMA DE TRABAJADORES Y EMPLEADOS DE MÉXICO

@PEDROHACESO 

MAAZ