Se inició el 76.º período de sesiones de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la cual convoca a los líderes mundiales para que pronuncien sus discursos anuales sobre los desafíos colectivos a nivel internacional.
En representación del presidente Andrés Manuel López Obrador, el canciller Marcelo Ebrard dejó claro las prioridades de México: la necesidad de garantizar el acceso equitativo y universal a las vacunas, el cambio climático, la revitalización de la ONU, la unión latinoamericana, los derechos humanos y la política exterior feminista.
Hay varios puntos que compartió Ebrard que ameritan reconocimiento. Hizo un llamado para que las vacunas se consideren bienes públicos y que la Organización Mundial de la Salud (OMS) sea la instancia que las certifica. El liderazgo de México en esta materia se consolidó cuando el Consejo de Seguridad (CS) de la ONU aprobó por unanimidad su resolución, copatrocinada por 110 países, sobre el acceso equitativo a las vacunas COVID-19.
Esta medida es importante, debido a que el mecanismo de la OMS para compartir vacunas, COVAX, no cumplió su objetivo. Al inicio de la pandemia, muchos países ricos no quisieron donar cantidades significativas de vacunas antes de terminar de inmunizar a todos sus ciudadanos. México se puede convertir en la principal voz de las demandas de países en desarrollo.
Las recomendaciones que planteó Ebrard para restructurar al CS de la ONU son interesantes y necesarias. La ONU no ha podido generar respuestas ante conflictos globales por el veto que tienen los miembros del CS. México, con el apoyo de Francia, proponen que se regule el derecho de veto de los cinco miembros permanentes. Es una iniciativa que si llega a aprobarse podría fortalecer la actuación de la ONU frente a desafíos mundiales que requieren una reacción inmediata.
En otros temas, México no esta en una posición para presumir resultados cuando no cumple con ellos en su propio país. En relación con el cambio climático, aún cuando Ebrard resaltó que México esta comprometido con el Acuerdo de París, los hechos revelan que la 4T le apuesta a fortalecer a las empresas estatales, la construcción de una refinería, resucitar el negocio de carbón y una reforma eléctrica que privilegiará a los combustibles fósiles sobre las energías renovables.
El consorcio científico internacional, que evalúa los pasos que toman los países para cumplir el Acuerdo de París, ha rebajado de “insuficiente” a “muy insuficiente” la calificación que le otorga al plan de reducción de emisiones de México- es uno de los 15 mayores emisores de gases de efecto invernadero con el 1.47% del total mundial. Ebrard señaló Sembrando Vida como uno de los ejes de la política ambiental de AMLO, aunque es un mensaje a EU para que ponga el presupuesto para ampliar el programa a Centroamérica para frenar la migración.
Otro mensaje al Gobierno de Biden fue la mención de la presencia de los jefes de Estado de América Latina y el Caribe en la reunión de la CELAC. La unión latinoamericana y la posible sustitución de la OEA como contrapeso a Estados Unidos es una prioridad para México que reiteró Ebrard ante la ONU. Remató pidiendo que se ponga fin al bloqueo económico que tiene EU contra Cuba.
También, reafirmó que México tiene una larga tradición de solidaridad con los migrantes, algo que es altamente cuestionable ante la deportación de miles de migrantes que transitan por nuestro país. Difícilmente podrá México rechazar el maltrato de nuestros connacionales en EU cuando el Gobierno mexicano hace lo mismo en su frontera sur.
México no puede hablar de una “política exterior feminista” cuando 10 mujeres son asesinadas al día en nuestro país y los feminicidios aumentaron un 7.1% en los primeros cinco meses de 2021. De enero a mayo, 423 mujeres fueron asesinadas por razón de su género.
Que México se concentre en lo que puede presumir frente a la comunidad internacional y en lo demás que mejor que se quede callado.
POR LILA ABED
POLITÓLOGA E INTERNACIONALISTA
@LILAABED
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