LA ENCERRONA

La máquina y los maquinistas

En este año, la ONU deberá revisar muy bien lo que está pasando en el mundo, pues con la pandemia vimos las respuestas de los distintos gobernantes

OPINIÓN

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Adriana Sarur / La Encerrona / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

“Construir la democracia nos ha llevado casi dos mil años. Intentemos no perderla. [...] Buena suerte”. Giovanni Sartori

Desde el 2007 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) instituyó el 15 de septiembre como el Día Internacional de la Democracia en todos los países del orbe (al menos en toda su membresía) para conmemorar un valor central que desde el nacimiento de esta organización deberá prevalecer como régimen de gobierno, pero a su vez, para examinar los procesos democráticos y el estado que guarda en cada una de las naciones. Al respecto, Giovanni Sartori soltaba de manera recurrente esta pregunta: ¿por qué tenemos que preferir la democracia? Un cuestionamiento complejo que debería estar en las mesas de discusión en todas las sociedades.

En este año la ONU deberá revisar muy bien lo que está pasando en el mundo, pues con la pandemia -y las crisis que de esta emanan-, vimos las respuestas de los distintos gobernantes ante la emergencia sanitaria, mientras China confinó a ciudades enteras y, posteriormente, realizó una vacunación masiva y obligatoria o en Corea del Sur la sociedad decidió otorgarle a su gobierno control total de datos personales o en Estados Unidos vimos que las vacunas las reguló completamente el Mercado. Acciones que, teóricamente, no comparten la visión democrática.

El arribo de los talibanes en Afganistán, es una prueba muy fuerte para la democracia. No solo por la forma de gobierno que buscan imponer a través de la sharía (ley islámica), la cual no reconoce los derechos humanos, donde existen mutilaciones para castigar a la población y no existe el reconocimiento de las mujeres como miembro activo de la sociedad, sino también porque será un “ejemplo” para los países de la región. En este sentido observamos que la seducción del populismo (de izquierdas o derechas) es una diáspora que no reconoce fronteras, desde Rusia con Putin, en Venezuela con Maduro, en Francia con Le Pen, en Estados Unidos con Trump, en España con Vox o Bukele en el Salvador constituyen un riesgo a la democracia pues, habitualmente los personajes que usan al populismo como plataforma, se convierten en dirigentes autoritarios.

En nuestro continente, tenemos países como Haití que ya se le considera un Estado fallido, pero quizá lo más alarmante sea la percepción de las sociedades latinoamericanas hacia la democracia como el régimen de gobierno ideal. En los resultados del Informe del Latinobarómetro de 2018, el promedio regional de satisfacción con la democracia es de 24 %, y en particular por nación, todos los considerados para este estudio se ubicaron por debajo de 50 %, siendo el resultado más bajo para este indicador desde 1995, año en que Latinobarómetro inició este ejercicio. El caso mexicano también es muy preocupante, ya que solo el 16 % de las y los encuestados se mostraron satisfechos con la democracia.

Así, en este Día Internacional de la Democracia (día que coincide con el inicio de la Independencia en nuestro país) no hay mucho para celebrar. Volviendo con Sartori, quien responde a su mismo cuestionamiento con un rotundo Sí, siendo muy claro en la distinción de “la máquina (la democracia) y los maquinistas (gobierno y sociedad)”, donde la primera -aunque perfectible- es el mejor régimen conocido y los segundos, son los que debemos de asegurar que esta máquina funcione.

POR ADRIANA SARUR
ADRIANASARUR@HOTMAIL.COM
@ASARUR

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