TRES EN RAYA

Ramírez de la O, qué pronto lo perdimos

El manejo de “otros datos” pareciera ser requisito para formar parte de la administración pública

OPINIÓN

·
Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

¡Cómo pez en el agua, el recién estrenado secretario de Hacienda! Me refiero a la facilidad con que muchas autoridades de este régimen mienten, alteran los datos, disimulan o guardan información. Él afirma, sin precisión o acotación alguna, que México ya recuperó el 100% de los empleos perdidos por la pandemia.

Total, el manejo de “otros datos” pareciera ser requisito para formar parte de la administración pública. Esta práctica no solo es del inquilino de Palacio en sus mañaneras, ahora también el experto Rogelio Ramírez de la O recurre al mismo esquema.

Si tomamos la cifra de trabajadores registrados en el IMSS, el número anterior a la pandemia (20 millones 613 mil 536 trabajadores), esta es ligeramente mayor a la contabilizada en agosto de este año. Es decir, faltarían por crear 192,713 empleos. Habría que agregar, también, un rezago en la totalidad de nuevos empleos que se deberían haber creado durante el periodo de al menos un año.

Adicionalmente, no se informa si alguna parte de estos empleados son los correspondientes al programa gubernamental “Jóvenes Construyendo el Futuro”, los cuales bajo toda definición y catalogación no deben ser considerados como empleados en estricto sentido (si bien el presidente López Obrador insiste en lo contrario).

Y, por si eso fuera poco, se ha dado a conocer en diversos espacios informativos que algunos de esos jóvenes han estado laborando, dentro del esquema del programa federal (sin contratación, sin seguridad social, sin prestaciones de ley, con sueldos de nivel básico), en distintas dependencias del propio gobierno. Incongruente, dado el clamor cuatroteísta en contra de la figura de la subcontratación.

Inaudita también la conformación del Presupuesto de Egresos de la Federación para el 2022, que aparentemente el funcionario diseñó y palomeó. Las prioridades reflejadas son muy diferentes a las que demanda urgentemente el país. La SHCP propone, por ejemplo, un subsidio de 73 mil millones de pesos para la CFE. Una empresa que se supone productiva y competitiva no debería recibir ese tipo de subsidios del gobierno.

Asimismo, se establecen 33 mil millones de pesos para que la SCT invierta en infraestructura y gastos para todo el país, pero para el Tren Maya se dedicarán 62 mil millones. El capricho del austero presidente requerirá casi el doble del monto de lo que se tiene programado en creación de infraestructura para comunicaciones y transportes de toda una nación. No solo eso, el presupuesto del Tren Maya es 3.7 veces el combinado de la Secretaría de Salud, del IMSS y del ISSSTE.

El argumento es que el presupuesto del ámbito salud aumentó en un 27% (el del tren se elevó en un 67%), lo cual es cierto. Mas debemos ser cuidadosos. El Instituto de Salud para el Bienestar, que se supone cubría y mejoraba el extinto Seguro Popular, sufrirá un recorte de más del 20%. El sistema de salud pública hace aguas y se insiste en ello.

Las equivocaciones continúan. El presupuesto para Dos Bocas, respecto al total de energía, es similar en proporción a lo que sucede con el Tren Maya, y aunque se presume que se aumentó su presupuesto en un 22% respecto al 2021, lo destinado a mantenimiento de la infraestructura petrolera será menor a los de sexenios pasados. Basta recordar los accidentes en Pemex para abogar por aumentar este rubro; la vida de los trabajadores sigue en riesgo.

De acuerdo a Ramírez de la O, Pemex es la compañía empleadora número 20 en el mundo y la número 16 en capacidad de refinación. Olvidó decir que es también la petrolera más endeudada y la tercera con mayores pérdidas en la industria de hidrocarburos. Y al afirmar que “Petróleos Mexicanos da más a México de lo que recibe”, omitió aclarar que para sustentar dicha afirmación se toman como pago de la paraestatal las obligaciones de deuda que tiene pero a partir de la muy reciente compra de 7 mil millones de dólares de las reservas internacionales del Banco de México, que han sido construidas gracias a las contribuciones y actividad productiva de todos nosotros. 

Finalmente, nunca debemos olvidar que el presupuesto se basa en supuestos de lo que se piensa ingresar como nación. Entre ellos, en este caso, el precio de la mezcla mexicana de petróleo en 55.1 dólares por barril (un poco superior al precio promedio en este año), pero particularmente preocupante: una producción de 1,826 miles de barriles diarios, cuando el promedio en este año ha sido a duras penas de 1,621.

POR VERÓNICA MALO
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM

MAAZ