TIEMPO DE INFRSAESTRUCTURA

Otro presupuesto para no crecer

En sentido contrario, el gasto de inversión tendrá una reducción real de casi dos por ciento, al pasar de 999 mil millones en 2012 a 983 mil millones e 2022

OPINIÓN

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Fausto Barajas/ Colaborador/ Opinión El Heraldo de México

El paquete económico que presentó el gobierno federal para 2022 mantiene su corte asistencialista, sin representar una apuesta real por la inversión que pueda potenciar el crecimiento de la economía.

El gobierno hará el mayor gasto de la historia, prevé un monto de 7.1 billones de pesos en 2022, 30 por ciento arriba de los 5.5 billones de pesos del presupuesto de 2012.

En sentido contrario, el gasto de inversión tendrá una reducción real de casi dos por ciento, al pasar de 999 mil millones en 2012 a 983 mil millones e 2022.

También considera el mayor endeudamiento en toda la historia para financiar el gasto, con más de 900 mil millones de pesos de deuda; a razón de 2,500 millones cada 24 horas.

Los mensajes que nos deja el paquete económico son mixtos. Relativamente positivos en el corto plazo y negativos tanto en el mediano como en el largo plazo.

En gasto de inversión podemos encontrar datos positivos respecto a 2021, como el aumento de 17 por ciento en comunicaciones y transportes, 44 por ciento en infraestructura educativa, 9 por ciento en la secretaría de salud y 56 por ciento para Semarnat.

Sin embargo, visto en un plazo de una década, esas inversiones aparentemente alentadoras son solo un espejismo. En comunicaciones y transportes la inversión está 50 por ciento por debajo de 2012; en educación la caída es de 94 por ciento, en la secretaría de salud 9 por ciento por debajo y en Semarnat la inversión es 54 por ciento inferior.

Por si solos estos números nos dan una idea del problema, pero la situación se revela
en toda su gravedad cuando sabemos que la calidad de la inversión es mala porque los proyectos insignia y más demandantes de recursos se iniciaron sin tener claridad en su viabilidad económica, ambiental, legal e incluso técnica.

En este sentido es importante destacar cinco mensajes que nos deja el proyecto de presupuesto 2020.

Primero, con todo y el optimismo que pudieran tener las proyecciones de los Criterios Generales de Política Económica, en el sexenio se crecerá en promedio solo a 1.4 por ciento anual; el menor crecimiento desde Miguel de la Madrid. Se puede alcanzar más, pero el presupuesto no está diseñado para lograrlo.

Segundo, impulsar la inversión es una tarea pendiente de este gobierno. Ha apostado por el gasto asistencialista en detrimento de mejorar las condiciones de vida de esta y las próximas generaciones de México.

Tercero, el gasto en pensiones es una amenaza real para la viabilidad de las finanzas públicas de este y de próximos gobiernos. Hoy representa el 22 por ciento del gasto programable.

Cuarto, el endeudamiento es un problema en crecimiento. Para 2024 el gobierno tendrá una deuda que superará a los 16 billones de pesos, lejos de los 10.8 billones que recibió y aún más lejos de los 5.4 billones que había en 2012.

Quinto, gastar sin un proyecto de país es gastar para no crecer y negar las oportunidades a los que aspiran a tener una mejor vida que la de su generación pasada.

En suma, con el presupuesto 2022 el gobierno mexicano está frenando el crecimiento presente e hipotecando el desarrollo en el futuro.

POR FAUSTO BARAJAS CUMMINGS 
ESPECIALISTA EN INFRAESTRUCTURA 
@FAUSTOBARAJAS

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