El martes pasado, horas antes de que la delegación mexicana, encabezada por Marcelo Ebrard y Tatiana Clouthier, viajara a Washington para participar en el Diálogo Económico de Alto Nivel, el CEO de Intel, Pat Gelsinger, reveló en Munich, Alemania, en el International Motor Show, que su empresa invertirá 80 mil millones de euros en Europa para potencializar la fabricación de chips. Gelsinger señaló que antes de fin de año se dará a conocer el par de sitios donde se establecerán las nuevas fábricas.
Rápidamente empezó el análisis de los países y sitios que competirán por esta inversión. La agencia Reuters señaló que entre las naciones mejor posicionadas están Polonia, Francia y Alemania. El portal Investment Monitor subrayó que Alemania está a la cabeza de las preferencias por el alto número de ingenieros que egresan de sus universidades. Sin embargo, el aspecto más importante lo apuntó al decir que “la compañía ha sido muy clara en que buscará apoyo financiero y político para su inversión. Esto podría implicar subsidios por millones de dólares”.
Esta es la realidad: para que un país atraiga inversión, tiene que salir a vender y dar facilidades. Eso cuesta. Los secretarios Ebrard y Clouthier debieron saber la noticia de Intel para Europa antes de sentarse a hablar de integrar a México con Estados Unidos en materia de chips y semiconductores.
De acuerdo con información de Economía, la secretaria Clouthier se habría reunido hacia el viernes con directivos de Intel, así como ejecutivos de dos asociaciones importantes: el Information Technology Council, y la Semiconductor Industry Association.
También de acuerdo con dicha información en estas reuniones, Clouthier habría planteado a esas organizaciones la posibilidad de invertir en México. Durante el fin de semana trascendió que habría pedido inversiones para plantas de empaque de los chips y para laboratorios de pruebas.
¿Qué tan pronto escucharemos de una inversión de Intel para México? No es inmediato que ello ocurra, sobre todo porque el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador se ha mostrado reacio a otorgar incentivos fiscales para atraer empresas (lo cual es algo muy común en varios países). Recuerde que la propia jefa del SAT, Raquel Buenrostro, se refirió hace pocos meses a la necesidad de revisar (o sea, eliminar) los esquemas de incentivos fiscales de los que gozaban las empresas automotrices que llegaron hace pocos años a México.
¿Prometió subsidios Tatiana Clouthier a Intel? ¿De qué tipo? Los países europeos, donde de por sí la mano de obra ya es cara, sí lo harán.
Por eso la gran pregunta es si puede México resistir sin ofrecerlos, aguantar el embate de la Casa Blanca para que nos integremos a los planes de Joe Biden, y aun así esperar que llegue la inversión solo por nuestra linda cara y gracias a que firmamos el T-MEC.
POR CARLOS MOTA
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