COLUMNA INVITADA

Su propia víctima

Lejos quedaron aquellos días cuando Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud federal, se consagraba como el nuevo rockstar de la política mexicana

OPINIÓN

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Héctor Serrano/ Colaborador/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Lejos quedaron aquellos días cuando Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud federal, se consagraba como el nuevo rockstar de la política mexicana; apenas ha pasado poco más de un año, pero para el doctor parece una eternidad, pasó de ser la esperanza de la mayoría de los mexicanos para combatir la pandemia, a convertirse en uno de los personajes públicos más cuestionados.

Las pifias del doctor lo fueron eclipsando, paulatina, pero constantemente, la última de ellas, cuando en tono de reclamo, señaló que los menores de edad que consiguen vacunarse contra el virus del Covid por medio de un amparo, le quitan el lugar a alguien que lo necesita más. La pregunta sería, ¿el subsecretario no es padre?, ¿no conoce lo que se está dispuesto a hacer por los hijos?

Su falta de sensibilidad a la hora de hacer declaraciones no es nueva, así ha sido desde el comienzo de la pandemia, la diferencia es que la gente antes le creía, no tenía elementos para dudar de él; pero, con el paso del tiempo esa confianza se fue diluyendo por los desaciertos del funcionario, sobre todo con cada predicción errada emitida en sus conferencias diarias.

Pero hay algo cierto, las consecuencias de la pandemia no son exclusivamente su culpa ni su responsabilidad, el mundo entero se enfrenta a una epidemia de larga duración cargada de situaciones imprevistas. Ayer asistí a consulta médica y le pregunté a mi doctor, que es especialista en tratar enfermos por Covid ¿si ya la había librado completamente al tener mi esquema de vacunación completo?

Su respuesta fue: “¿viste a la persona que llegó con oxígeno antes que tú? Él también tenía las dos dosis de la vacuna”. En resumen, nadie, bajo ninguna circunstancia, está exento de que la enfermedad lo ataque gravemente, y eso no es culpa del doctor Gatell; pero lo que sí lo es, es haber minimizado desde un principio los peligros de la pandemia y, más aún, sus múltiples y desafortunadas declaraciones en un tema tan delicado.

Es entendible, el Subsecretario carece de la formación adecuada para decir lo que es “políticamente correcto”, pero quien quiso ponerse en esa posición y ser la cara visible del gobierno ante la crisis fue él, y esa, sigue siendo su absoluta responsabilidad. Sabía desde un principio, que contaba con la formación académica suficiente, pero carecía de formación política y estratégica.

No son pocos los problemas que enfrenta Hugo López Gatell: primero, el elevado número de muertes que se siguen presentando en el país; segundo, el rechazo a su persona de muchos miembros destacados de la 4T; y tercero, el más difícil, su incapacidad para generar en el silencio y la prudencia, su mayor virtud.

Debe de empezar a entender que los cargos públicos no son eternos y que al final, lo único que nos queda es el prestigio, cuidarlo, debería de ser su prioridad, para no convertirse en víctima de su propia vanidad.

POR HÉCTOR SERRANO AZAMAR
COLABORADOR
@HSERRANOAZAMAR

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