ASÍ LO VEO YO

¿Servirá de algo el encuentro entre el Presidente palestino y el Ministro de Defensa de Israel?

Abbas fue electo como Presidente de la Autoridad Palestina en enero del 2005 y desde entonces no ha realizado elecciones

OPINIÓN

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Jana Beris / Así lo veo yo / Opinión El Heraldo de México

Hablando la gente se entiende, y siempre es mejor que vivir en conflicto. Pero más allá de buenas intenciones, cabe preguntar la razón del encuentro entre el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, y el ministro de Defensa de Israel, Beni Gantz, el domingo en Ramallah.

Cabe suponer que para Gantz, que aspiró a ser primer ministro después de Benjamín Netanyahu, era importante ser la primera figura política israelí a ese nivel en reunirse con el presidente palestino en más de una década. Hubo antes encuentros de diputados y algunas conversaciones telefónicas —con Gantz, a mediados de julio, y el ministro de Seguridad Interna, Omer Bar-Lev—. Pero nada más.

El primer ministro, Naftali Bennett, aprobó el encuentro de antemano. Una fuente no identificada dijo a la prensa israelí, que se abordaron temas de seguridad y que la reunión no implica, por lo pronto, la reanudación de un proceso de paz.

Amén de una profunda desconfianza entre las partes, el actual gobierno israelí está compuesto por ocho partidos de posiciones ideológicas y políticas muy diversas, y eso dificulta convenir en puntos tan cruciales como los que deben tratarse con los palestinos.

El contacto es importante porque israelíes y palestinos no viven en dos planetas diferentes sino muy cerca, con no pocos puntos de tensión y roce de por medio.

Pese a las mutuas recriminaciones y la profunda tensión, hay una coordinación de seguridad, y no es ningún favor. A Israel le ayuda en la lucha contra el terrorismo, aunque las protagonistas sean sus propias fuerzas de seguridad, y a la Autoridad Palestina le ayuda para impedir que Abbas caiga.

La pregunta es si eso requería que el Ministro de Defensa fuera a Ramallah. Abbas perdió hace años su legitimidad como líder de los palestinos. Fue electo como Presidente de la Autoridad Palestina en enero del 2005 y desde entonces no ha realizado elecciones. Su liderazgo, prometedor al principio, no refleja ningún respeto a las normas de gobierno en democracia, aunque nunca se alegó que lo fuera.  

Hace pocos meses murió uno de sus grandes críticos al ser detenido por fuerzas de seguridad palestinas, lo cual desató protestas en Cisjordania y condenas de la sociedad civil palestina.

La decisión de no ir a elecciones es de los palestinos, no de Israel. Al mismo tiempo, es comprensible que Israel no vea con malos ojos que Abbas se mantenga en el poder: la alternativa es un gobierno del grupo extremista Hamas.

Pero la reunión implica un aval público que no merece. Y eso, sin hablar de su retórica contra Israel, sus denuncias ante la Corte Penal Internacional de La Haya y toda una línea que busca quitar legitimidad al vínculo histórico y milenario entre el pueblo judío y la tierra de Israel.

Numerosos analistas palestinos estiman que Abbas se acerca al ocaso de su vida política y no está claro qué ocurrirá cuando físicamente ya no esté. El peor escenario es un caos que ojalá el encuentro Abbas-Gantz ayude a prevenir. De otra forma no se entiende.

POR JANA BERIS
PERIODISTA

MAAZ