SILBATAZO INICIAL

Prostitución del espectáculo…

El incremento de participantes en los torneos y el decremento en tiempos de organización de los mismos puede detonar una nueva bomba futbolística

OPINIÓN

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José Eduardo Iga / Silbatazo inicial / Opinión El Heraldo de México

Recientemente la Eurocopa ha sufrido un incremento en el número de equipos. Que no se la vendan. Nada de competitividad hay en esa medida, más allá de alguna u otra sorpresa, ni benevolencia con los países que rara vez pueden acceder a los certámenes.

Todo es pensando únicamente en lo económico. En el Mundial no es la excepción. A partir de 2026, en donde se jugará una parte en nuestro país, se ha aumentado el número de equipos a 48. Un acierto político importante de Infantino, presidente de la FIFA, vendiendo una bandera de inclusión que, de cierta forma, sí que existe, dado que habrá selecciones que jamás habrían siquiera soñado con estar ahí.

“El futbol no es Sudamérica ni Europa”, fue una de las frases que se presentó como emblema en su campaña. Pero seamos claros. Toda intención como ésta lleva un objeto de estudio, pero, sobre todo, de ejecución, ponderando siempre lo económico. En el Mundial de 2018 la FIFA estimó haber recibido cinco mil 500 millones de dólares. A esa monstruosa cantidad, con las 16 nuevas selecciones en copas venideras, hay que sumarle, según expertos, otros mil más por derechos de transmisión y patrocinadores, sin contar la gran cantidad de entradas extra a los estadios, y la derrama económica que eso pueda suponer.

Quizá el pro más significativo de esto, y que en cierta manera aplaudo, es que la gente que trabaja en los territorios organizadores se verá beneficiada por la gran cantidad de visitantes. Sin embargo, todo esto en detrimento de la calidad. Sin subestimar a nadie, pero imagine un juego entre Guayana francesa y Pakistán. La fase de grupos será soporífera y los buenos juegos seguramente empezarán en octavos.

El torneo podría perder cierto interés, cosa que ya le quita la magia. Se discute, con aprobación de nuestra FMF, que se dispute cada dos años. Al sobrecargado calendario de los futbolistas habrá qué sumarle una copa más, con la que no estoy de acuerdo. 

En el futbol se debe buscar la calidad, aunada, por supuesto, a las ganancias monetarias. Hay maneras de hacer las dos cosas sin prostituir el espectáculo, como los dirigentes del futbol pretenden hacerlo.

No sé, bajo esa perspectiva, cómo se pudiera acomodar la Eurocopa, que demostró ser un torneo de categoría. Como espectador de este deporte, me dolería tener que despedirnos de ella. Esto, porque si se aprueba la medida, los jugadores no tendrían vacaciones después de largas temporadas y, aunque suene trillado, no son robots.

Aceptemos el nuevo formato, aunque parezca aburrido, dado que ya no hay de otra, pero esperemos que se mantenga la distancia de cuatro años entre ellos. Una reducción sería fatal para quienes gustamos del buen futbol. Poco a poco se podría cocinar otra bomba por parte de los grandes clubes de Europa si se siguen tomando medidas que los perjudiquen. No nos sorprenda que tengamos noticias de rebeliones pronto.

POR JOSÉ EDUARDO IGA 
TITULAR DE ARREBATO DEPORTIVO EN EL HERALDO RADIO TORREÓN 
TWITTER: @JOSE_IGA

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