ARTICULISTA

La restauración del Jardín Escultórico del MAM

El 3 de agosto pasado terminó la restauración de una gran parte de las obras que conforman el espacio natural, encargado inicialmente a Matsumoto, pero realizado por Helen Escobedo

OPINIÓN

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Bernardo Noval/ Colaborador/ Opinión El Heraldo de México Créditos: Especial

El Museo de Arte Moderno (MAM) del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), enclavado en el Bosque de Chapultepec, cuenta con un jardín escultórico de 15 mil metros cuadrados que alberga casi 100 obras de distintos conceptos, corrientes artísticas y formatos. 

Las esculturas fueron elaboradas por grandes creadores como Isaías Cervantes, Rosa Castillo, Salvador Manzano, Jesús Mayagoitia, Vicente Rojo, Sebastián, entre otros; en una variedad de materiales como bronce, acero, piedra, mármol, piedra volcánica, madera, hierro y muchos más.

En un principio, este espacio fue encargado al paisajista Matsumoto, pero fue hasta la gestión de la artista Helen Escobedo que pudo finalmente ser realizado por Juan Siles. 

La colección de obras que hoy forman parte de este espacio, tuvieron su origen a partir de una de las políticas practicadas por el INBAL que buscaba “dar impulso vigoroso a la escultura” mediante la organización de concursos-exposiciones, de periodicidad fija, que mantuvieran el interés tanto de artistas como del público. 

Así, se llevó a cabo en 1962 la Primera Bienal Nacional de Escultura y las piezas seleccionadas fueron asignadas al futuro Museo de Arte Moderno. Dos años más tarde, el MAM fue el escenario de la segunda edición de la bienal; la convocatoria superó las expectativas, pues se presentaron más de 100 piezas, cuya selección final nuevamente enriqueció la colección del recién inaugurado museo. 

Posteriormente hacia los años 80 y 90, más piezas se integraron a la colección, como Pájaro de dos caras de Juan Soriano y en 2019, la famosa escultura El barco México 68 de Manuel Felguérez, realizada como parte de los festejos por los 90 años del pintor y escultor. Asimismo, entre las más importantes y representativas obras de este conjunto destaca La serpiente de Mathias Goeritz, la cual estuvo durante mucho tiempo en el edificio que hoy en día es el Museo Eco de la UNAM.

Con los años, estas obras han sufrido deterioros importantes en su propia estructura y necesitaban ser intervenidas antes de perderse en su totalidad. Fue así que, con una inversión de 50 millones de pesos destinada para la rehabilitación del MAM, del 3 de mayo al 3 de agosto de este año se realizó la restauración de una gran parte de las esculturas.

El Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (CENCROPAM) hizo un estudio previo de las acciones necesarias para la salvaguarda de las piezas y posteriormente fueron intervenidas con químicos, solventes, limpieza mecánica, eliminación de componentes orgánicos y otras acciones. 

De la misma manera se hizo un registro fotográfico antes, durante y después de todos los procesos. En las piezas atendidas predominaban casos de oxidación en elementos metálicos, faltantes de capas pictóricas, crecimiento de materia orgánica sobre superficies, disgregación de material pétreo, pérdida de material de protección y fracturas, así como fisuras sobre material pétreo y metálico.

La restauración estuvo a cargo de un equipo conformado por 23 especialistas del Taller de Escultura del CENCROPAM, apoyados por algunos artistas que participaron de manera activa en la toma de decisiones para la intervención de sus piezas, como Hersúa, Benjamín Romero y Ana Pellicer.

POR BERNARDO NOVAL
CEO MUST WANTED GROUP
@BERNIENOVAL
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