Son quinientos participantes y su voto cuenta igual, pero Ignacio Mier, coordinador de Morena; Rubén Moreira, coordinador del PRI y Jorge Romero, Coordinador del PAN, serán los hombres clave en la próxima legislatura de la Cámara de Diputados. Ninguno de los tres son hermanas de la caridad, son políticos hechos.
Conocen el sabor de los sapos; saben de victorias y derrotas. No son grandes tribunos, sino políticos articulados y operadores políticos al servicio de distintos proyectos. Como se dice en el fútbol, Nacho Mier alineará con canteranos y recién llegados. Ya no están Porfirio Muñoz Ledo, Pablo Gómez, Alfonso Ramírez Cuéllar, entre otras y otros diputados que fortalecían el equipo morenista en San Lázaro, ya sea porque perdieron la elección o asumieron otras responsabilidades.
Al interior de su grupo, Nacho debe jugar en equipo. El mejor coordinador es quien sabe administrar las lealtades y las ambiciones de sus coordinados. Sumar a Yeidckol Polevnsky, a Leonel Godoy y a otras cabezas de grupos morenistas resulta clave. Los legisladores de Morena deben aprender a debatir no sólo con garra, sino con argumentos e inteligencia. Con los otros grupos, Mier debe ser un interlocutor que atiende a los aliados, para mantenerlo cerca, a los opositores y a las minorías.
Reconocer el valor de ganar sin arrollar y sobre todo, sin lastimar al Congreso. Es verdad que los diputados deben apoyar a su Presidente, en primer lugar el coordinador, pero los legisladores son y deben sentirse parte de otro poder del Estado mexicano, por lo cual su papel no puede reducirse a ser una simple correa de transmisión.
El coordinador debe operar a favor del Presidente, pero ser capaz de exponerle otros puntos de vista e inclusive, hacer que cambie de opinión cuando sea conveniente para el país. Rubén Moreira es un viejo lobo de la estepa coahuilense. Pragmático, sabe construir acuerdos, jalar y aflojar en ambos lados de la cuerda. La disciplina priísta, aún existente, mantiene la unidad; su reto es no diluirse ante el PAN y la opinión pública.
Tiene un as bajo la manga: sabe bien que su grupo es el que le puede dar a Morena la llave de las reformas constitucionales del Presidente o bien mantener la fortaleza del bloque opositor. Una carta que jugará sólo para ganar y en beneficio del futuro de su partido. Jorge Romero es un joven que ya luce logros y manchas en su carrera política. De la mano de Marko Cortés, desplazó a legisladores y personalidades panistas para ser coordinador.
Aparte de mantener la unidad, lo cual tiene sus complicaciones, su misión es mantener a su grupo como la principal fuerza opositora a AMLO y al mismo tiempo, conservar a la alianza opositora, PRI y PRD, alineada a los intereses panistas rumbo al 2024. Esos son los coordinadores, veamos que tipo de estrategas resultan. Eso pienso.
ONEL ORTIZ FRAGOSO
ANALISTA POLÍTICO Y ASESOR PARLAMENTARIO
@ONELORTIZ
MAAZ