UN MONTÓN DE PLATA

El fracaso de CoDi

Cuando uno pregunta en cualquier comercio si lo aceptan, lo que se recibe como respuesta es una mirada de incredulidad; la gente no sabe qué es

OPINIÓN

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Carlos Mota / Un montón de Plata / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El fracaso del Cobro Digital (CoDi), inventado por el Banco de México para facilitar transacciones financieras entre particulares, es estruendoso. Durante la 82 Convención Bancaria de marzo de 2019, el gobernador de Banxico, Alejandro Díaz de León, había declarado que ese sistema se encontraba ya en fase de pruebas piloto en seis instituciones, y que en septiembre todos los bancos “con más de tres mil cuentas deberán operar en esa plataforma”.

Es posible, como suele ocurrir, que todos los bancos con ese nivel de clientes ya tengan esa plataforma habilitada, cumpliendo con los requerimientos del banco central. Pero de ahí a que se haya generalizado su uso, o siquiera a que se haya adoptado por al menos, digamos, un tercio de la población de forma consistente, hay un gran trecho. Más bien, la gente no sabe siquiera qué es. Cuando uno pregunta en cualquier comercio si lo aceptan, lo que se recibe como respuesta es una mirada de incredulidad.

¿Qué falló en Banxico?; ¿quién falló? Es probable que nunca lo sepamos. Lo que es un hecho es que los bancos nunca tuvieron incentivos para priorizarlo. Santander por ejemplo, el banco que encabeza Héctor Grisi, optó por promover su solución “Santander Tap”; mientras que HSBC, que encabeza Jorge Arce, optó por la solución de Apple Pay. A su vez, Banorte, que dirige Marcos Ramírez, inventó “Banorte Go”, su propio sistema, que permite “transferencias rápidas a tus cuentas registradas y mejor aún, a tus contactos de celular sin que conozcas el banco destino”.

Los recursos y energía invertidos en CoDi me recuerdan los arcos de detección de metales que se adquirían para hospitales del IMSS. Algún burócrata tenía el mandato de garantizar la seguridad de los inmuebles, por lo que compraba los arcos. Con ello, cumplía. Pero una vez recibidos permanecían arrumbados, nadie reparaba si alguien entraba con algún metal, y muchas veces ni siquiera eran conectados al tomacorriente. No funcionaban. Así está el CoDi. Ahí anda, gravitando en el reporte de desempeño de alguien en Banxico, pero nadie lo usa.

El resultado de esta ineficiencia es que la iniciativa privada está tomando cartas en el asunto. De tal suerte, además de los bancos, hay otros actores en movimiento. Un ejemplo es Rappi, la empresa colombiana de repartos a domicilio, que se está moviendo hacia la integración de servicios financieros.

Ayer HSBC anunció que habilitó a 760 tiendas de Soriana para cobrar con CoDi, una tecnología de la que dijo, “se encuentra en fase de adopción para los clientes y usuarios de pagos digitales y presenta al momento 9.4 millones de cuentas validadas”. O sea, un fracaso después de dos años y medio de haber sido anunciado.

NETFLIX

La firma de emisión continua de contenidos, que encabeza Francisco Ramos, estrenará 42 películas de aquí a finales de año. Es enorme.

POR CARLOS MOTA
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