AYER PENSABA DISTINTO

Campeche y el Tribunal

En cinco estados del país nunca había sucedido una transición democrática previo a 2021

OPINIÓN

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Fernanda Caso / Ayer pensaba distinto / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En cinco estados del país nunca había sucedido una transición democrática previo a 2021. Entre ellos estaba Campeche. Es sabido que Alejandro Moreno, el presidente del PRI, puso en ese estado todos sus esfuerzos y empeño para asegurar el triunfo en el lugar donde él mismo había sido gobernador hace apenas unos años. Los recursos del partido, su tiempo y sus esfuerzos estaban todos concentrados ahí. Panistas locales incluso llegaron a acusar a Moreno de poner a Campeche como condición frente a sus aliados: O el PRI se quedaba con la candidatura o no habría alianza en ningún lugar del país. El candidato de la alianza terminó siendo su sobrino, Christian Castro Bello. Nadie mejor para confirmar el personalísimo interés de Moreno en esa gubernatura.

Sacar al PRI de Campeche no iba a ser cosa fácil. Desde 1928, no había ahí un cambio de régimen. 2021 era el año de la posibilidad y los ciudadanos la tomaron. A pesar de la maquinaria priista, a pesar de las carretadas de recursos, de los acuerdos por debajo de la mesa y del uso de programas sociales locales para dirigir el voto, sucedió finalmente la transición democrática en el estado. Los votantes no solo sacaron al PRI, sino que lo mandaron hasta el tercer lugar de las preferencias. ¿Cómo fue esto posible?

Bueno… pues parte de la respuesta pasa una ciudadanía cada vez más informada y consciente, pero también por procesos e instituciones democráticas que no han sido sencillos de construir: una prensa sólida, una sociedad civil activa, el INE, el TEPJF, leyes y precedentes que han tomado años de esfuerzo ciudadano y que, aunque no son ni de lejos perfectos, nos permiten tener una democracia en la que los opositores del régimen pueden competir y ganar.

Justamente ese sistema, el que permitió que hubiera transición en Campeche y que le permitió a él mismo llegar a la presidencia, es el que López Obrador se ha empecinado en golpear. Con descalificaciones y acusaciones públicas, sí, pero más grave aún, con una determinación implacable por someterlos a su antojo. Ejemplo de esto es la Sala Superior del Tribunal, que difícilmente podría haber llegado a este momento más debilitada.

Apenas hace unos días, fuimos testigos de un brutal pleito entre los magistrados que parecería propio de telenovela. Puede parecer ridículo, pero en el fondo, es el resultado de un gobierno que lleva tres años queriendo controlar a este organismo y que no ha hecho más que destruirlo. Los mensajeros del presidente eligen favoritos entre los magistrados, castigan a quienes no lo obedecen, empoderan a unos, garantizan impunidad para otros, se meten en las decisiones internas y, después de todo, se quejan de que sea un Tribunal disfuncional.

Esta semana ese Tribunal, dividido y golpeado, decidió que se hiciera un recuento de votos en la elección de Campeche en la que Morena triunfó sobre MC. Nada extraordinario, tomando en cuenta la evidencia y el reducido margen de diferencia. ¡Un recuento de votos!... No la anulación de la elección ni una sanción millonaria. Simplemente la reapertura de paquetes para corroborar el resultado. Y Morena, una vez más, presionó hasta el último momento a sus magistrados lacayos para que se resistieran a tomar la decisión que era correcta por ley.

¿Cómo tener mejores instituciones si a las que tenemos el presidente las quiere usar como tapete? Es una gran noticia que en Campeche por fin haya democracia y que, independientemente del resultado del recuento, será un partido distinto al PRI quien gobierne, pero el presidente insiste en que la democracia solo vale si es con él.

POR FERNANDA CASO 
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@FER_CASO

DZA