CLARABOYA

Un gran fracaso

Después de 20 años de estancia norteamericana en Afganistán, en abril pasado el presidente Joe Biden anunció el retiro de las últimas tropas, personal diplomático y civil en aquel país

OPINIÓN

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Azul Etcheverry / Claraboya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Después de 20 años de estancia norteamericana en Afganistán, en abril pasado el presidente Joe Biden anunció el retiro de las últimas tropas, personal diplomático y civil en aquel país, tras su llegada a finales de 2001 como respuesta a los ataques terroristas del 11 de septiembre.

Sin duda se trata de una decisión polémica que se ve rebasada por el inesperado y voraz ascenso al poder del grupo talibán, el cual se había mantenido al margen político y social con la llegada de las fuerzas estadounidenses y aliadas a la región en 2001. Con ello este grupo yihadista volvió a la insurgencia sin necesariamente perder el control estratégico en algunas regiones de Pakistán y otros territorios aledaños.

Es importante destacar que si bien en 2018 el entonces presidente Donald Trump negoció con estas fuerzas un acuerdo de retirada, es sorprendente como en cuestión de semanas, tras el anuncio definitivo de la salida de los Estados Unidos, los insurgentes lograron retomar el control de Kabul, su capital.

Sobresale su estrategia de librar ataques a ciudades del norte y oeste del país, además de capturar pasos fronterizos y puestos de control estratégicos haciéndose de los ingresos aduaneros fundamentales para esa economía. Por otra parte, la ejecución de funcionarios, activistas de derechos humanos, periodistas y mujeres prominentes aterrorizó a una sociedad que ahora busca desesperadamente huir del régimen reconquistador.

Han sido días llenos de imágenes angustiantes en donde el caos y desesperanza invaden las calles, aeropuertos y plazas públicas ante un gobierno federal que abandonó el país tras el asedio talibán. Estos acontecimientos han hecho recordar lo ocurrido en el conflicto armado en Vietnam en los setenta, a pesar de que el presidente Biden, respaldado por los servicios de inteligencia estadounidenses, aseguraron que eso no volvería a suceder, sin embargo, lo ocurrido se anticipa como uno de los mayores fracasos en la política exterior norteamericana, a pesar de que sus funcionarios intenten justificar la tragedia.

Si bien no comparto una postura intervencionista, es inaudito que no se pueda ejecutar una estrategia de salida tras una presencia de 20 años de en un país extranjero. Se estima que de 2001 a 2019 el gasto militar del Departamento de Defensa de los EE.UU. en ese conflicto ascendió los 778 mil millones de dólares, además de otros 44 mil millones en inversión para la reconstrucción y fortalecimiento de instituciones locales.

Tras la abrumadora caída política e institucional, el mundo se cuestiona sobre los rubros de inversión de estos recursos ni cómo es que no se previó este ascenso violento de estas fuerzas talibanes que dejan centenares de muertos, heridos y desplazados.

Se trata de una de las peores crisis humanitarias actuales, el recuerdo social del gobierno talibán se tiene muy presente. Su visión exacerbada de la sharía pone en jaque los avances que se obtuvieron en materia de derechos humanos estos últimos años. Poblaciones vulnerables, en particular las mujeres, corren riesgo al no contar con los mismos derechos ni garantías.

La situación es crítica e incierta, aún está por ver cómo se desarrolla este “nuevo” gobierno que pretendiera ser más conciliador a pesar de una profunda crisis generalizada que empeora al paso de las horas y los días.

POR AZUL ETCHEVERRY
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@AZULETCHEVERRY

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