COLUMNA INVITADA

Baldemar

México lo honró hace unos años con la medalla del Águila Azteca, máxima distinción que se otorga a un ciudadano extranjero por servicios a nuestro país

OPINIÓN

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Antonio Meza Estrada / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Discípulo de César Chávez, llevó su lucha a los campos de Ohio e Indiana, creando en el Rush Belt un organismo de defensa de los jornaleros agrícolas —en su gran mayoría mexicanos—, que van hasta esas lejanas planicies, buscando un modo de ganarse la vida.

Baldemar Velásquez tiene su centro de operaciones en Toledo, Ohio. Desde allí practica su activismo en los estados vecinos, buscando las mejores condiciones de trabajo para jornaleros y ofreciéndoles apoyo legal cuando lo necesitan.

Su familia y él, oriundos del sur de Texas, migraban siguiendo las cosechas, en épocas en las que la mortalidad infantil era más alta en los campos agrícolas de Estados Unidos que en el propio Vietnam. Sus condiciones de vida eran lamentables: hacinamiento, falta de alimentos y agua potable, en tanto que las mamás dejaban a sus bebés en canastas, donde podían ser atacados por algún animal o recibir los efectos de las fumigaciones.

Aprendió de sus hermanos afroamericanos los términos de la lucha pacífica por los derechos humanos y laborales de su gente.
Siguiendo los ejemplos de César Chávez y Martin Luther King, estableció la FLOC para obtener negociación colectiva en favor de sus agremiados.

Promovió huelgas cuando los patrones se resistían a tratar a sus trabajadores como seres humanos, recibiendo el apoyo de iglesias progresistas y organizaciones civiles. Uno de sus focos de resistencia fue en contra de las empacadoras de tomate, especialmente en contra de la empresa Campbell y después contra los bancos que explotaban a los jornaleros en el cambio de cheques o en las onerosas comisiones en las remesas.

México lo honró hace unos años con la medalla del Águila Azteca, máxima distinción que se otorga a un ciudadano extranjero por servicios a nuestro país.

En mis cuatro años de servicio como Cónsul de México, Baldemar me apoyó en todas las acciones de promoción de la Matrícula Consular y en la gestión para que los estudiantes, hijos de mexicanos en Ohio, accedieran a la universidad. Recuerdo agresiones y conducta de “profiling” del Scheriff del Condado de Lima contra los paisanos; el activismo de Baldemar restableció el respeto a los connacionales. 

POR ANTONIO MEZA ESTRADA

YERBANIS33@GMAIL.COM

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