Conforme avanza el tiempo, hemos visto cómo el tono de Andrés Manuel López Obrador se endurece ante escenarios que no le son nada favorables. Plantea decisiones tajantes, como lo dijo esta semana, en torno a un cambio total de consejeros del Instituto Nacional Electoral y los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que, aunque no puede hacerlo, ya sienta un precedente en la forma de como seguirá haciendo las cosas durante la segunda mitad de su mandato.
Quien no coincide con sus ideas está en contra de él. Eso es lo tajante, no hay matices, o se está con él o se está en contra de él. Ante su gran obsesión de pasar a la historia, se le ocurrió pagar la deuda externa, asunto dicho sea de paso muy atendible, con una partida aprobada de hasta 12 mil millones de dólares, activos del Fondo Monetario Internacional.
Gerardo Esquivel, subgobernador del Banco de México, otrora cercano y hasta asesor del actual Presidente mexicano le explicó pacientemente que, por ley, esa partida no se puede utilizar para el pago de deuda, ya que los Derechos Especiales de Giro, como se les conoce a esos recursos, no son moneda, sino un activo de reserva internacional. La reacción del Presidente fue de absoluta furia.
Lo desacreditó y lo acusó de ser un “ultra tecnócrata”. Todo indica que nadie le puede decir no al inquilino del Palacio Nacional. Valientemente Gerardo Esquivel le respondió al presidente López Obrador, algo que no hacen comúnmente sus más cercanos.
Le dijo: “En Democracia, el disenso no siempre es confrontación” y celebró la deliberación pública. Tuvo que salir a calmar los ánimos, Alejandro Díaz de León, aún gobernador del Banco de México, quien buscó una alternativa para cumplir el capricho del Presidente, de pagar un pedacito de la enorme deuda pública, y con ello, usarlo como argumento de campaña.
Díaz de León explicó a Bloomberg que si esos Derechos Especiales de Giro los compra la Secretaría de Hacienda, entonces sí pueden ser utilizados para pagar deuda pública. Díaz de León respaldó a su subgobernador al explicar que esos recursos son activos que se contabilizan como reservas internacionales y que si el gobierno los quiere, los debe comprar su Secretaría de Hacienda. Asunto arreglado.
El Presidente se volcó en elogios al gobernador de Banxico saliente, a quien en otras ocasiones criticó duramente por no secundar sus propuestas lo que derivó en aquel anuncio del mes de mayo, otra vez tajante, que Díaz de León no sería más gobernador del Banco Central. Es difícil trabajar con el actual Presidente. Cada vez se decanta más y más en una posición inflexible y por momentos autoritaria. Ese es su talón de Aquiles.
•••
CORAZÓN QUE SÍ SIENTE
Reconocerle a AMLO que colocó en el centro del debate a las familias mexicanas y su decisión sobre el regreso a clases presenciales. Como dijo la maestra Delfina Gómez, es una necesidad, no una necedad.
POR JESÚS MARTÍN MENDOZA
JESUS.MARTIN.MENDOZA001@GMAIL.COM
@JESUSMARTINMX
MAAZ