A FUEGO LENTO

México pierde autonomía laboral

Con la reposición del proceso de legitimación del contrato colectivo en GM, la 4T pierde autonomía y genera desconfianza entre inversionistas

OPINIÓN

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Alfredo González / A Fuego Lento / El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Independientemente del resultado de la votación de hoy en la planta de General Motors, de Guanajuato, México entró en una nueva era en material laboral, empujado no por políticas públicas en beneficio de la clase trabajadora sino por presiones de Estados Unidos. 

Hoy, poco más de 6 mil trabajadores, obreros principalmente, deciden si continúan o no con las condiciones contractuales vigentes, y de paso expresarán, en una elección abierta, su rechazo o respaldo al rancio sindicalismo nacional, encabezado por la CTM, para dar paso a otro igual de vetusto, pero afín a la 4T. 

Lo que estamos atestiguando este día, en la ciudad de Silao, es el corolario de una cadena de sucesos derivados de la desventajosa negociación que hizo México en el marco del T-MEC con EU y Canadá. 

Al arranque de este gobierno, la administración de López Obrador, a través del entonces subsecretario Jesús Seade, aceptó, entre otras cosas, una injerencia directa de EU en la política laboral mexicana. 

Presionados por sus empresas y sindicatos, los negociadores gringos forzaron a México a aceptar ciertas condiciones. 

Una de ellas fue acelerar la implementación de la Reforma Laboral que, entre otras cosas, contempla una limpia de grupos sindicales y mejorar las condiciones laborales y contractuales. 

México no lo hizo preocupado por la clase trabajadora. Cedió porque los trabajadores de la Unión Americana podrían haberse convertido en un dique si no ponían a los mexicanos en igualdad de circunstancias. 

Es decir, no podían seguir permitiendo que la mano de obra más barata en territorio azteca fuera una competencia desleal para ellos. 

Eso obligó al entonces gobierno de Donald Trump a presionar a la administración de AMLO e imponer sus condiciones. 

Eso incluyó la posibilidad de llevar a un panel internacional conflictos o controversias laborales, tal y como ocurrió con el proceso de legitimación en General Motors, tras la primera frustrada elección, a principios del mes de abril. 

En aquella ocasión se anuló el proceso por una mala gestión de la Secretaría del Trabajo, de Luisa María Alcalde, y la participación de gente infiltrada, cercana al padre de la funcionaria, Arturo Alcalde Justiniani. 

Todos estos elementos sirvieron para crear un cóctel explosivo que estuvo a punto de explotar en las manos de AMLO, por lo que los ojos de la 4T están volcados a lo que pase en Silao, Guanajuato. 

Además, representantes del INE, la OIT y el gobierno federal se instalaron en aquella ciudad para atestiguar varias cosas: 

La posible caída de Tereso Medina, un líder sindical de la CTM; la imposición de las condiciones de EU; la validación de infiltrados de la 4T en la vida sindical, encabezados por la familia de Alcalde, y el desprestigio del gobierno frente a una empresa poderosa, como GM, que genera miles de empleos e invierte millones de dólares en nuestro país. 

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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “La soberbia es el vicio más frecuentemente castigado, y, sin embargo, el más difícil de curar.” 

POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO
ALFREDO.GONZALEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM
@ALFREDOLEZ

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