FUERA DE TONO

Los desafueros, un avance contra la impunidad

Los desafueros de Huerta y Toledo representan un paso adelante para superar la impunidad. Raramente se desaforaba a un legislador en México.

OPINIÓN

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Hernán Gómez Bruera / Fuera de Tono / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El desafuero del diputado morenista, Saúl Huerta, y del petista Mauricio Toledo constituyen un paso importante hacia la erradicación de la impunidad en nuestro país.

El avance en este terreno no es del tamaño que quisiéramos. Sabemos que ahí están los casos de Bartlett, de Lomelí, o de otros que han terminado por salirse con la suya.

Pero no podemos negar que dentro de la coalición gobernante existe una menor tolerancia a la corrupción y a quienes violan la ley que en gobiernos anteriores. Basta ver la impunidad que el PAN le ha dado a personajes como Cabeza de Vaca, que no fue desaforado por el Congreso de Tamaulipas (con mayoría panista)  y a otros tantos casos similares.

Podemos criticar el tiempo que se llevó este proceso, que los implicados lograran huir del país, e incluso que muy probablemente tuvo que intervenir la mano presidencial para destrabar un asunto que se veía cada vez más enredado.

Con todo, los desafueros que el Congreso aprobó la semana pasada –conducido por Pablo Gómez al frente de la Sección Instructora-- no dejan de representar un avance gradual para superar la impunidad en un país en el que raramente se lograba vincular a proceso a un legislador.

Esto es aún más relevante si consideramos que los tres legisladores que han perdido su protección constitucional bajo la era de la 4T –además de Huerta y Toledo está el caso de Cipriano Charrez, acusado de homicidio al conducir en estado de ebriedad—forman parte de la coalición gobernante.

En nuestra historia reciente, prácticamente no se habían producido desafueros, mucho menos de un legislador del partido en el gobierno. Durante el calderonato, solo una diputada del PAN fue desaforada en 2010 por nexos con el narcotráfico.

Si nos vamos más atrás, el siguiente caso  fue en 1983, cuando el senador priísta Jorge Díaz Serrano perdió su inmunidad por un fraude de 35 millones de dólares durante su gestión como director de Pemex.

Incluso uno de los diputados desaforados –el presunto violador y abusador de menores Saúl Huerta- pudo perder su inmunidad legislativa a pesar de las desafortunadas declaraciones del coordinador de Morena en la Cámara, Ignacio Mier, que sugerían un intento por darle protección a su colega y amigo.

Recordemos que en abril de 2021, Mier anunció que no procedería al desafuero de Huerta, por tratarse de un “tema personal”, y señaló también –de forma desafortunada-- que no se le pediría su renuncia al partido porque “los delitos no fueron realizados en su periodo como diputado”.

No deja de ser importante, de igual forma, que Morena haya logrado resistir a las presiones de uno de sus aliados históricos –el Partido del Trabajo—y aprobara el desafuero de un personaje tan siniestro como Mauricio Toledo.

No está mal reconocer avances.

POR HERNÁN GÓMEZ BRUERA
HERNANFGB@GMAIL.COM 
@HERNANGOMEZB

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