DES... PROPÓSITOS

China: Un Siglo del Partido Comunista

El país dista mucho de lo que fue la de Mao, cuando poco se sabía de lo que acontecía en ese país. Al contrario, se abre al mundo

OPINIÓN

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Agustín García Villa / Des... Propósitos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El Partido Comunista Chino (PCCh) celebró el pasado 1º de julio su primer siglo de vida y 72 años en el gobierno de su país. Xi Jinping (68 años) es presidente del Comité Permanente del Politburó, máximo organismo del PCCh, del partido y del país.

Al celebrar el centenario, Xi señaló que el PCCh, fundado por Mao Zedong ha sido fundamental para el crecimiento de China, al tiempo de advertir enérgicamente que “nunca permitiremos que alguien intimide, oprima o subyugue a China.

La China comunista ha cambiado mucho. Durante prácticamente 30 años, de 1949 cuando el PCCh asumió el poder hasta 1978, vivió prácticamente aislada del mundo, distanciada incluso de su vecina, la Unión Soviética. Tenía un bajo nivel de desarrollo; una economía cerrada, básicamente rural y de bajo rendimiento, con altos niveles de pobreza y de natalidad.

Fue desde 1978, bajo los lineamientos dictados por Deng Xiaoping, el entonces Secretario General del Partido Comunista, que China abrió su economía, permitió la entrada de inversión extranjera y con ella de tecnologías agropecuarias, manufactureras y de servicios. Hoy es la segunda potencia económica del mundo.

El desarrollo chino, sobre todo en la última década, ha sido estrepitoso, con tasas de crecimiento de dos dígitos, aunque también es cierto que ya antes de la pandemia había “caido” a niveles del seis por ciento, debido entre otras cosas al encarecimiento de su mano de obra, que la hace menos competitiva.

Pese a ser uno de los países que más rápidamente se ha recuperado de la pandemia, es probable que enfrente un nuevo tropiezo económico derivado de sanciones comerciales y de inversión impuestas por varios países, incluso los Estados Unidos y la Unión Europea, por las violaciones a derechos humanos y sobreexplotación contra minorías étnicas como la Uighur, la Tibetana y la Mongol; por las violaciones a los acuerdos firmados con Gran Bretaña para la devolución de Hong Kong, y el probable apoyo oficial chino a las retrogradas milicias del Talibán en Afganistán.

Otro aspecto que puede mermar el crecimiento de China Popular está en las recientes medidas gubernamentales para realinear la relación entre el sector privado y el Estado, que busca un mayor compromiso del primero a favor del segundo, a costa de generar incertidumbre entre los grandes inversionistas, sobre todo extranjeros.

La China Popular actual dista mucho de lo que fue la de Mao, cuando poco se sabía de lo que acontecía en ese país. Al contrario, se abre al mundo en términos comerciales y geopolíticos, a través de la denominada “Ruta de la Seda”, que llega a más de 70 países, ofrece apoyos financieros para el desarrollo de proyectos de infraestructura, como presas, puertos, ferrocarriles, carreteras, etc.

Pero a diferencia de la fineza política y diplomática del visionario Deng, la posición asumida por Xi Jinping, a partir de su discurso del centenario de PPCh, ha generado reacciones adversas y juzgada fuera de China como innecesariamente envalentonada y soberbia.

POR AGUSTÍN GARCÍA VILLA
ANALISTA ECONÓMICO
ORBE@ELHERALDODEMEXICO.COM

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