COLUMNA INVITADA

Zaldívar, el silencio, el daño y la reparación

as razones y el discurso del presidente de la Suprema Corte de Justicia y del Consejo de la Judicatura Federal Arturo Zaldívar, en relación a su negativa para aceptar la ilegítima ampliación de mandato es irrelevante

OPINIÓN

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Jose Lafontaine Hamui/ Colaborador/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Las razones y el discurso del presidente de la Suprema Corte de Justicia y del Consejo de la Judicatura Federal Arturo Zaldívar, en relación a su negativa para aceptar la ilegítima ampliación de mandato es irrelevante. Lo anterior en virtud que su silencio por mas de cuatro meses ha sido un verdadero insulto a su investidura y al mas alto tribunal de nuestro país.  No obstante lo anterior, celebro que haya reflexionado y cambiado de opinión.  Independientemente de cuales hayan sido las causas; internas, externas, axiológicas o convenientes, que lo hayan llevado a hacer pública su negativa el pasado jueves, donde señaló que “no aceptará prolongar dos años su periodo como presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación”.  Lo anterior en los términos que pretendió el Presidente de la República y su Congreso, que como lo he escrito anteriormente, se llevó a cabo de manera obscura e irregular por el Congreso de la Unión, implementada tal fechoría legislativa por un senador de medio pelo de apellido Bolaños, obviamente del partido verde “pseudoecologista” de México; la meretriz de la política mexicana, mediante el tristemente célebre artículo transitorio de la reforma a la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación.

Como se ha señalado en artículos anteriores, su silencio a lo largo de cuatro meses generó un debilitamiento importante en la credibilidad y en la percepción de independencia de la SCJN y del CJF.  Por eso considero que el daño causado por la tardía determinación después de cuatro meses de silencio y después de demasiadas críticas de todos los foros legales y profanos, como causado. El Ministro Zaldívar asegura que dejará la presidencia de la Corte y del Consejo de la Judicatura Federal al cierre de 2022; es decir, al terminar los cuatro años para los que fue electo por los demás ministros. Sin embargo reitero, celebro que lo haya hecho, aunque lo debió haber hecho en el mismo momento de hacerse pública la intención en el transitorio.

Suena bonito, pero es discurso nada mas, una canción que hemos oído demasiado, las palabras lejos de los hechos.  Oírle decir "Lo cierto es que yo no estoy aquí por cargos, por puestos y por privilegios, estoy en esta Corte por valores, principios y convicciones, así lo ha demostrado toda mi carrera en este tribunal". La realidad es que sí esta por el cargo, si esta por el puesto, lo cual es legítimo y válido, y los valores y principios deben ser requisito para integrar la Corte y sobre todo cuando se trata de interpretar la Constitución, lo demás es palabrería.

Se oyen voces en la Corte: "Esta decisión reencauza la constitucionalidad de la vida interna de nuestro máximo tribunal, que es vital para el fortalecimiento y la viabilidad de nuestra democracia". La verdad es que no tendría que haber sido reencausada, su silencio causó daño, y con esta decisión simplemente se comienza el camino en reparación de ese daño.

POR JOSÉ LAFONTAINE HAMUI
ABOGADO
@JOSE_LAFONTAINE

DZA