COLUMNA INVITADA

Un siglo del Partido Comunista Chino

El Partido Comunista Chino (PCCh) acaba de cumplir 100 años, 72 de los cuales ha permanecido ininterrumpidamente en el poder

OPINIÓN

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Claudia Ruiz Massieu/ Colaboradora/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El Partido Comunista Chino (PCCh) acaba de cumplir 100 años, 72 de los cuales ha permanecido ininterrumpidamente en el poder. Bajo su mandato, China ha pasado de ser un país marginado, víctima de la colonización extranjera, a recuperar su estatus histórico como una de las principales potencias mundiales, así como a erigirse hoy en el principal rival de EE.UU. en el orden global. 

Como todo partido histórico, la trayectoria del PCCh es de claroscuros. Si bien registra éxitos innegables, como la erradicación de la pobreza extrema, durante décadas el buen desempeño económico del país ha estado aparejado de señalamientos sobre las restricciones a los derechos políticos y las libertades individuales de la población.

Por un lado, la concentración de poder ha permitido mantener la estabilidad política y llevar adelante grandes reformas a escala monumental; pero, por el otro, se ha prestado a que ocurran transgresiones sin que existan contrapesos que las eviten, como el “Gran Salto Adelante”, que provocó la peor hambruna en la historia de China; la represión estudiantil de la plaza de Tiananmén en 1989; y más recientemente, el retroceso en el régimen de libertades que se moldeó en Hong Kong

Diversas razones explican la supervivencia del PCCh a lo largo de un siglo. Sin duda, tiene que ver con factores como los mecanismos de control de la opinión pública con base en el pensamiento político del partido. Pero también es cierto que cuenta con legitimidad y apoyo genuino de una alta proporción de la población, a la luz de mejoras en la calidad de vida. Esto, a su vez, tiene que ver con la singular capacidad de adaptación que ha demostrado el partido. 

Durante este siglo, el PCCh ha atravesado por etapas muy distintas, en las que destacan tres liderazgos: en primer lugar, el de Mao Zedong, quien fundó la República Popular y sentó las bases del proyecto político en sus primeros años. Un punto de inflexión importante vendría con Deng Xiaoping, quien, en la década de los ochenta, avanzó una serie de reformas inaugurando la era de crecimiento que consolidó la China contemporánea: se modernizó la agricultura y la industria, se liberalizaron algunos sectores productivos y se abrieron los mercados al exterior. 

El tercer gran periodo está en construcción y es el del presidente Xi Jinping, actual líder del partido, que se ha distinguido por proyectar como nunca el liderazgo de China en el sistema internacional, con iniciativas como la Nueva Ruta de la Seda, una plataforma de desarrollo de infraestructura transcontinental, además de promover un desarrollo tecnológico sin precedentes y haber logrado mantener un alto desarrollo económico. 

Con todo, en esta etapa el PCCh enfrenta nuevos retos. En el terreno económico, mantener el ritmo de crecimiento en medio de fenómenos como una marcada disminución de la natalidad o lo que algunos especialistas consideran la saturación de su inversión en capital, lo que obligaría al país a aumentar su productividad. En el terreno político, la irrupción tecnológica y el acceso a más información están creando mayores demandas en términos de derechos y libertades –sobre todo entre las nuevas generaciones. 

Si bien hasta ahora los resultados económicos han sido una garantía de legitimidad para el PCCh, situaciones como la crisis política en Hong Kong hacen evidente el reto de adaptarse también en la esfera política. La apertura económica permitió al Partido Comunista llegar a sus primeros 100 años; para mantenerse vigente en el siglo XXI, la capacidad que muestre para canalizar las crecientes demandas políticas será un factor clave. 

POR CLAUDIA RUIZ MASSIEU
SENADORA POR EL PRI
@RUIZMASSIEU

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