Entre la disputa interna y el triunfalismo de la oposición se ha construido una narrativa de que Morena sufrió una derrota estrepitosa en la Ciudad de México.
Ciertamente, era esperable un mejor resultado. Sin embargo, un análisis riguroso de los datos está lejos de mostrar que el partido en el gobierno perdió estrepitosamente la capital del país.
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Ciertamente, Morena disminuyó su votación total en las alcaldías de la Ciudad de México, pero esa disminución fue de 4.1%, al pasar de 45.2% en 2018 a 41.1% de la votación total en alcaldías. En contraste, el voto por PAN, PRI y PRD juntos fue de 45.1%, cuando en 2018 obtuvieron 44.1%.
Antes que una derrota de Morena, lo que vimos aquí fue la consolidación de dos opciones electorales: Morena y el PAN, en lo que parece una apuesta por el bipartidismo.
Cuando se contabiliza lo ocurrido en cada sección electoral, vemos que en 5 mil 509 de las 5 mil 535 en que se divide la ciudad ganó un s0lo partido. De ellas, 4 mil 51 se las llevó Morena y mil 331 el albiazul. En cuanto al resto, no hay mucho que celebrar para amarillos y tricolores, pues solamente en 123 de esas secciones ganó el PRI y en cuatro el PRD.
Así las cosas, realmente el único partido opositor que puede presumir un avance importante en la ciudad es el PAN, el cual logró consolidarse como la principal fuerza opositora, habiéndose impuesto en 91% de las secciones en que ganó un partido distinto a Morena.
Lo que ocurrió con otros partidos es una tristeza (para ellos). En tres años, por ejemplo, el PRD desapareció en la CDMX: 69% de su electorado se fue con Morena, 31% optó por el PAN (cruzando ese logo en la boleta) y tan sólo 0.02% se mantuvo de color amarillo.
Regresando a Morena, llama la atención que hay mil 519 secciones que ganó ese partido en 2021 que no había ganado en las dos elecciones previas.
De éstas, mil 69 se volvieron morenistas en 2018 y se mantuvieron ahí. Notoriamente, 450 secciones se movieron a Morena en 2021 después de haber optado por otra opción en 2018.
La caída que supuestamente sufrió el partido guinda en las alcaldías de la ciudad fue apenas de 5% de la votación total alcanzada en 2018.
Realmente la diferencia en esta elección fue en la divergencia de los niveles de participación. Y es que donde ganó la coalición el promedio de participación fue de 59.3%; mientras que donde triunfó el partido del Presidente el promedio de ésta fue de 48.3%.
Al haber sido en estricto sentido una elección en clave bipartidista, es normal que la definición del resultado se explique por la movilización asimétrica de los electores.
En suma, hace falta analizar mejor el resultado en la ciudad porque ni el triunfo de la oposición es tal ni la derrota de Morena es de las dimensiones que nos han contado.
POR HERNÁN GÓMEZ BRUERA
HERNANFGB@GMAIL.COM
@HERNANGOMEZB
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