COLUMNA INVITADA

La escisión de los partidos hegemónicos: Monreal abrió el fuego

El triunfo de los partidos hegemónicos es altamente probable cuando permanecen estables las condiciones externas e internas de un País

OPINIÓN

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Alfredo Ríos Camarena / Columna Invitada / Opinión: El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

El triunfo de los partidos hegemónicos es altamente probable cuando permanecen estables las condiciones externas e internas de un País, como sucedió con el polémico triunfo de Felipe Calderón que sustituyó a Vicente Fox; no obstante, uno de los elementos que pueden variar —la estabilidad política— se da en las rupturas internas de los partidos que mantienen el poder.

En México sucedieron acontecimientos históricos que lo comprueban, fundamentalmente cuatro: primero, la candidatura del general Juan Andreu Almazán que confrontó las profundas reformas que el general Lázaro Cárdenas había adoptado en su gobierno (1934 a 1940); las fuerzas conservadoras y una parte importante del Partido oficial apoyaron la escisión y Almazán obtuvo una votación copiosa y trascedente, a pesar de que su contrincante Ávila Camacho representaba una corriente menos progresista y trasformadora de los principios que adoptó el cardenismo; esto explica por qué Mujica no fue el candidato.

Más tarde el Presidente Ávila Camacho, una vez que se produjo la misteriosa muerte de su hermano Maximino, pudo imponer la candidatura de Miguel Alemán, a ella se opuso Ezequiel Padilla, que había fungido como Secretario de Relaciones Exteriores, excelente orador y que de joven participó como fiscal en el caso de José de León Toral (asesino material de Álvaro Obregón). Padilla tenía una excelente relación con los Estados Unidos y, de alguna manera, pensó que esto supondría su acceso al poder; sin embargo, una vez más se impuso el Partido oficial y Alemán ganó.

La escisión continuó con el rompimiento que hizo el general Miguel Enríquez Guzmán que fundó la Federación de Partidos del Pueblo de México, para competir a la Presidentica de la República contra Adolfo Ruiz Cortines. Uno de los principales partidarios de Enríquez Guzmán fue el general Marcelino García Barragán, quien después de la elección lo invitaron un grupo importante de generales para encabezar un movimiento armado; García Barragán hizo gala de su institucionalidad, no sólo no aceptando, sino dando por terminada esa probable oposición violenta; este episodio que conoció el candidato Gustavo Díaz Ordaz muchos años después, fue la razón fundamental para que lo designara Secretario de la Defensa Nacional; Díaz Ordaz no se equivocó.

El último desgajamiento que sufrió el Partido hegemónico fue la corriente democrática de Cuauhtémoc Cárdenas que a la postre terminó triunfando con otro nombre (Morena), pero con la misma estructura política, resultando victorioso el actual Presidente López Obrador.

Esto significa que el triunfo de la próxima elección de 2024 de Morena es altamente probable, no obstante, demasiado pronto se han iniciado los rompimientos internos; el mas claro acaba de suceder con la declaración de Ricardo Monreal de que no aceptará el método de selección que planteó el Presidente de Morena, Mario Delgado y que apoyó Claudia Sheinbaum, que consiste en que la candidatura se obtenga a través de una encuesta de dudosa calidad. El lenguaje y actitud de Monreal anuncian una franca escisión de este instituto político, su posición implica la posibilidad de que su candidatura presidencial sea postulada por los partidos de oposición.

Estas circunstancias de división interna del partido Morena, podrían propiciar que una candidatura unitaria de la oposición –léase PRI-PAN-PRD— pudiera tener éxito; ya se empiezan a levantar algunas manos: Enrique de la Madrid, Ángel Gurría y otros más calientan el cotarro; en el PAN Santiago Creel, Francisco Domínguez, Ricardo Anaya y otros más manifiestan su intención.

Las cartas están sobre la mesa, una sucesión inesperada y fuera de tiempo, y una correlación de los factores del poder, que nos dejan con serias dudas hacia el futuro.

POR ALFREDO RÍOS CAMARENA
CATEDRÁTICO DE LA FACULTAD DE DERECHO DE LA UNAM

MAAZ