COLUMNA INVITADA

¿Por qué pandemia mejoró percepción de inseguridad?

Si hay algo sensible en materia de seguridad pública es la percepción de inseguridad, esa que tiene que ver con la sensación de que está en riesgo el patrimonio o la integridad física de las personas incluso estando en sus casas

OPINIÓN

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Facundo Rosas / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Si hay algo sensible en materia de seguridad pública es la percepción de inseguridad, esa que tiene que ver con la sensación de que está en riesgo el patrimonio o la integridad física de las personas incluso estando en sus casas. En razón de lo anterior resulta oportuno preguntarse ¿Por qué la pandemia mejoró la percepción de inseguridad?

Por fortuna la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) que elabora trimestralmente el INEGI desde septiembre de 2013 ofrece datos que si bien no permiten elaborar políticas púbicas por tratarse de una encuesta de percepción, sí ofrecen un
panorama cercano a la realidad que al conjuntarse con información oficial “dura” y la experiencia acumulada dan como resultado algunas explicaciones iniciales y soluciones a uno de los problemas que más aquejan a los mexicanos, la inseguridad.

En la actual coyuntura, lo que podemos observar es que la pandemia vino a modificar su calendario de entregas trimestrales, ya que por efecto del coronavirus no pudo levantarse la ENSU de junio de 2020 y no fue sino hasta septiembre de ese año cuando se llevó a cabo dicho ejercicio demoscópico, encontrándose con la sorpresa de que entre marzo y septiembre de 2020 la percepción de inseguridad disminuyó en 5.6%, coincidiendo con la baja del 34% en los delitos durante los meses más críticos del Covid, para sostenerse en niveles bajos hasta junio de ese año cuando comenzó a repuntar el delito.

Decir que la pandemia trajo consigo una reducción solo porque las cifras de delitos así lo indican es verdadero pero incompleto, por lo que es necesario revisar los detalles, para encontrar las razones de tal comportamiento.

Una de las más obvias es que durante la fase más crítica de la pandemia las potenciales víctimas estuvieron confinadas en sus hogares, al igual que los delincuentes, por lo que todos los delitos bajaron, con mayor razón entre marzo y abril de 2020, para luego rebotar y volver a bajar hacia fines de 2020 y principios de 2021.

Otra razón está sustentada en la información que proporciona el INEGI y tiene que ver con el sitio donde las personas mayores de 18 años se sienten menos inseguras o mejor dicho más seguras, contribuyendo en una mejora en la percepción de inseguridad.

Previo a la pandemia el lugar donde menos inseguras (más seguras) se sentían las personas mayores de 18 años era en sus casas con 25.6% y en segundo término las escuelas con 28.5% de percepción de inseguridad.

Sin embargo tras el cierre de las escuelas el 19.1% de las personas manifestaron sentirse menos inseguras en estos sitios que en sus propias casas, es decir la percepción de inseguridad en las escuelas se redujo en 9.4% de tal suerte que ahora pareciera que las escuelas son menos inseguras por el simple hecho de que nadie acude a ellas desde abril de 2020 y parecen distantes.

En síntesis, si la percepción de inseguridad entre marzo de 2020 y junio de 2021 disminuyó (mejoró) 5.6% por la baja en el número de delitos durante la primera etapa de confinamiento y el cierre de escuelas aportó un 9.4% en favor esa disminución, entonces el confinamiento de ciudadanos de bien y de presuntos delincuentes ayuda a mejorar la percepción de inseguridad. Si a eso le agregamos el cierre temporal de las escuelas, la percepción disminuirá aún más.

Lo difícil será cómo mantenerla baja con la economía abierta, el desarrollo económico boyante y los niños en las escuelas.

POR FACUNDO ROSAS.
EXCOMISIONADO DE LA POLICÍA FEDERAL

MAAZ