UNA CHAIRA EN EL HERALDO

Iztapalapa no son ciudadanos de tercera

De entrada, parece que está uno llegando a algún deportivo muy acá o parque público en Santa Fe… Hermosamente acabado y bien cuidado

OPINIÓN

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Me punzan las patrullas de cansancio, pero es que doña Clara Brugada, la alcaldesa reelecta de Iztapalapa, me llevó a dar un recorrido por tres de las llamadas UTOPÍAS. No saben qué lugares tan bonitos, y si no han podido abrir al 100 por ciento es porque seguimos con el semáforo amarillo y la variante Delta de este asunto del COVID-19. 

Cuando llegué a San Miguel Teotongo, me lancé directo a la Utopía. De entrada, parece que está uno llegando a algún deportivo muy acá o parque público en Santa Fe… pero era Iztapalapa. Hermosamente acabado y bien cuidado. 

Ahí tienen un área deportiva, otra social, una más cultural, talleres, casas de día para adultos mayores, y hasta un lugar para atender a las personas que utilizan sustancias psicoactivas. Me cae que se volaron la barda, no en balde cuando abrieron las inscripciones para una de las albercas (la de Tezonco), los maestros y el equipo administrativo se encontraron con más de tres mil personas formadas ¡y algunos hasta pernoctaron afuera de las instalaciones con tal de quedar apuntados! Y cada Utopía, tiene alguna especialidad. Por ejemplo, la llamada PAPALOTZIN, en la colonia Reforma Política, a la que se llega por Avenida Ermita… le agregaron una escuela de cine, GRATUITA.

Por el momento tienen más de dos mil 100 alumnos a través de internet. Pero las instalaciones están de primer mundo, con decirles que acababa yo de visitar las de don Epigmenio IBARRA allá en donde le llaman TLANEWOOD (como Hollywood, pero en Tlalnepantla); que es adonde mudaron la escuela de nombre Casa Azul. Pero al ver éstas en Iztapalapa no se quedan atrás de lo bien puestas que están. 

Me llamó la atención, por ejemplo, el taller de cartonería, que está en un lugar muy espacioso con el techo altísimo y una de las paredes, completita, es una cortina como de comercio. Esto para cuando lleven a cabo obras monumentales, que no les suceda que tengan que romper la pared porque nomás no cabe por la puerta. 

Otro detalle son los techos abovedados en los salones de música. La acústica. En el de Tezonco me tocó ver ensayo de coro y clase de Chelo (Me refiero al violonchelo, no a doña Chelo la de las tortas). 

El lugar donde atienden a las personas con alguna adicción se llama Colibrí. No son prohibicionistas, sino que, a través de la información, el apoyo y el acompañamiento van llevando hacia otros intereses a los usuarios de drogas. Siemprevivas es la zona donde se da apoyo psicológico y legal a mujeres que han sufrido violencia. Hay un huerto. ¡En uno de estos lugares tienen incluso un lugar para criar orquídeas! En serio no daba crédito. 

A mí me tocó vivir en la Tepalcates ahí en Iztapalapa y, por ejemplo, muchas de esas zonas eran cuevas, llanos o zonas de tiradero y basura que, sin embargo, los vecinos defendieron para que no se hicieran desarrollos habitacionales. Perdónenme, pero me encantaría poder cantar la de Alex Lora con un nuevo sentido: “Nuestros impuestos están trabajando”

POR FERNANDA TAPIA
DENUNCIAS@FERNANDATAPIA.COM 
@TAPIAFERNANDA

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