¿Imaginas recibir una vacuna pirata contra el COVID-19 o comprar en una farmacia mascarillas previamente utilizadas por alguien más? Hoy los esfuerzos de la Organización Mundial de Aduanas se están centrando en combatir a grupos delincuenciales que comercian medicamentos y productos médicos falsificados o de calidad inferior en plena pandemia de COVID-19. Administraciones de todo el mundo reportan que se han incautado de millones de artículos ilícitos comprados en línea y enviados como paquetes pequeños que caen en estos supuestos.
En una conferencia de alto nivel celebrada en la Organización de las Naciones Unidas, el secretario general de la Organización Mundial de Aduanas, Kunio Mikuriya, destacó el papel de las aduanas en la lucha contra el terrorismo, afirmando que en muchos países se ha producido ya un cambio en las prioridades de la aduana, pasando de la recaudación de ingresos a centrarse más en la seguridad, como lo hizo Estados Unidos desde el año 2001 y ahora varios países africanos.
“Sin garantizar primero la seguridad, sería difícil para las aduanas facilitar el comercio o recaudar ingresos en las fronteras”, enfatizó. El Sr. Mikuriya subrayó la importancia de utilizar tecnología para los controles aduaneros, especialmente tecnología basada en análisis de datos electrónicos avanzados e imágenes de inspección no intrusivas para fines de gestión de riesgos. Al mismo tiempo de calificar de terroristas a estos grupos delincuenciales que atentan contra la salud de la población mundial.
Del mismo modo reconoció que los grupos criminales y terroristas también hacen uso de la tecnología para burlar los sistemas aduaneros, por lo que la OMA y las Administraciones Aduaneras del mundo no pueden quedarse atrás en el desarrollo e inversión en tecnología y en todo lo necesario para detenerlos
El secretario general destacó que la Aduana no debe operar aisladamente sino con la sociedad en general. Por lo tanto, subrayó la importancia de trabajar de lleno con el sector privado y otras entidades de la administración pública. Solo unidos se podrá terminar con el flagelo de la delincuencia en el mundo.
Hace varios años, en una conferencia que tuvimos en el Congreso Anual de CAAAREM, el entonces encargado de la lucha contra la piratería de la OMA, nos hacía ver este fenómeno desde dos perspectivas. El económico, donde la piratería daña principalmente a marcas posicionadas o a la industria del entretenimiento, impactando de lleno en sus finanzas; y la piratería que no solo atenta contra el bolsillo de las empresas sino contra la salud y la vida de las personas.
Hablaba de que para muchas personas la piratería solventa una cuestión de estatus aspiracional. Hay gente que no puede comprar ciertas marcas de bolsos, ropa o relojes y satisface sus demandas en ese mercado ilegal que por supuesto perjudica a la economía nacional, la inversión y el empleo; pero qué pasa con la otra piratería que nadie o muy pocos ven, como es el caso de los medicamentos apócrifos; de productos de consumo humano como alimentos y bebidas; de fertilizantes que se usan en los campos de cultivo y cuyas frutas o verduras cosechadas acabamos comiéndolas todos; pasta de dientes; refacciones para automóviles e incluso para aviones (imaginen usar unos frenos pirata o una pieza clave en alguna turbina).
Este tipo de piratería es mucho más grave y la gente no tiene consciencia de que a diario las aduanas del mundo conviven con estos productos que las redes delincuenciales tratan de introducir a los mercados, y que orgullosamente ahí se detectan y se frenan.
Dedicado a todos los héroes sin capa que día a día intervienen en el Comercio Exterior.
POR JOSÉ IGNACIO ZARAGOZA A.
AGENTE ADUANAL, EXPERTO EN COMERCIO EXTERIOR.
@IGNAQUIZ
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