ASÍ LO VEO YO

La rendición de Ben & Jerry's al boicot anti-israelí fortalece las fuerzas oscuras palestinas

No soy de los judíos que ven en cada crítica a Israel una muestra de antisemitismo. Pero hay situaciones que no pueden ser interpretadas de otra forma

OPINIÓN

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Jana Beris / Así lo veo yo / Opinión El Heraldo de México

No soy de los judíos que ven en cada crítica a Israel una muestra de antisemitismo. Pero hay situaciones que no pueden ser interpretadas de otra forma. Cuando se aplica respecto al Estado judío criterios discriminatorios que ninguna empresa-en este caso la famosa productora de helados Ben & Jerry´s- osa sugerir para ningún otro país del mundo, tampoco para regímenes oscuros y opresores, esto no es legítima discrepancia sino algo mucho más preocupante. Es atrevimiento y antisemitismo.

La empresa anunció que dejará de vender sus helados en los “territorios palestinos ocupados”-en evidente referencia a los asentamientos israelíes en Judea y Samaria (Cisjordania)-  diciendo que eso es “inconsistente con nuestros valores”.  El término correcto no es “territorios palestinos ocupados” sino “territorios en disputa”, pero se ve que la empresa ya decidió. Y no se  puede ignorar  el  que adopta esta posición sólo respecto a Israel, no a ninguna de las otras más de 120 disputas territoriales aún no resueltas.

Yo me pregunto si me perdí algún comunicado aclarando que no venderá helados en Gaza hasta que los terroristas de Hamas que gobiernan la franja se retiren del poder. Ah, no…eso no debe estar incluido en los “valores”. Los “valores” supuestamente nobles y principistas entran en escena cuando una empresa cede a presiones palestinas y considera que es legítimo adoptar un boicot anti israelí. 

También me pregunto si los obreros palestinos que trabajan en la zona industrial Barkan en Samaria-donde funcionan instalaciones del conglomerado Unilever al que pertenece Ben & Jerry´s mundial- tendrán permitido comer los helados en cuestión si se les antoja. 

¿Pueden estar tranquilos que sólo a los judíos no les venderán? ¿Les preguntaron de Ben & Jerry´s cómo se sienten trabajando con los israelíes y ganando mucho más que lo que ganarían del lado palestino? Aclaro, no me lo estoy inventando, me lo dijeron personalmente palestinos a los que entrevisté en esa zona industrial de Barkan.

Dicho sea de paso, ya que menciono la zona industrial Barkan, comparto una historia increíble publicada por el gran periodista árabe israelí Khaled Abu Toameh, relacionada a otra zona industrial israelí en la que trabajan numerosos palestinos, concretamente en la ciudad de Ariel, al norte de Cisjordania. Dueños de fábricas israelíes organizaron un evento de entretenimiento para sus empleados palestinos e invitaron a un cantante palestino de la aldea Kafr a-Dik, sabiendo al parecer de su popularidad.

Pero el cantante fue detenido por las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina, acusado de “promover la normalización de relaciones con Israel”. Abdullah Kmeil, gobernador de la localidad de Salfit cercana a Ariel, nombrado por la Autoridad Palestina, acusó al cantante de actuar frente a “colonos y prostitutas”. Aquí lo central no es refutar la mentira y recordar que el artista cantó ante los obreros palestinos, no ante los israelíes, sino iluminar la actitud absolutamente discriminadora de las autoridades palestinas, capaces de llevar a alguien a juicio porque alegan que cantó ante israelíes. 

Esta actitud palestina por la cual el israelí promedio sabe que no puede entrar a territorios gobernados por la Autoridad Palestina ya que su vida corre peligro, es producto de la incitación y educación al odio  anti judío y anti israelí. Y es eso lo que mueve los motores del boicot, por lo cual ceder ante ese tipo de presiones, es no sólo vergonzoso e inmoral sino que no ayuda en nada a los palestinos a vivir con normalidad. 

Evidentemente, el tema va mucho más allá de los helados. 

El tema es la discriminación anti israelí. El haber cedido a presiones de organizaciones palestinas cuyo objetivo no es mejorar la situación de los palestinos en nada, sino demonizar a Israel. El no entender que tratar de mandar a Israel a un rincón por un conflicto que deberá resolverse en la mesa de negociaciones-mientras no se dice una palabra por tantos conflictos terribles en el mundo- no es una lucha moral por nada. Al contrario. Es un quiebre moral. Israel no se puede callar.

POR JANA BERIS
PERIODISTA

DZA