GALILEO

Cinco interrogantes de marketing sobre el nuevo turista

El viajero actual poco tiene que ver con el de hace unos años, cada vez es más digital, más exigente, más sostenible, busca experiencias, personalización y además cuenta con gran cantidad de información, y sus hábitos y comportamientos evolucionan rápidamente

OPINIÓN

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Roberto Gaudelli / Colaborador/ Opinión El Heraldo de México Créditos: Foto: Especial

Mucho se ha escrito, hablado y opinado acerca del “nuevo modelo de turismo y turista”, ambos fenómenos producto de que estamos emergiendo del oscuro período de la pandemia.

Algunos autores, tal vez los más románticos, anticipan un turista consciente de su responsabilidad con los lugares que visita, su relación con el medio ambiente y su grado de participación en la conservación de los mismos.

Investigo un poco el tema y me encuentro con un portal, ObservaTUR, cuyo objetivo “es indagar en profundidad cómo se comporta hoy en día el turista español en sus vacaciones dentro y fuera de España”.

Haré una salvedad para este texto y tomaré datos de este sitio como válidos para casi cualquier viajero, porque veo comportamientos similares en lo que me permitiré llamar el “viajero tipo”.

Y luego de echarme un clavado en esta y otras publicaciones, trato de imaginar ese “viajero tipo” postpandemia.

Afirma ObservaTUR: El viajero actual poco tiene que ver con el de hace unos años, cada vez es más digital, más exigente, más sostenible, busca experiencias, personalización y además cuenta con gran cantidad de información, y sus hábitos y comportamientos evolucionan rápidamente.

Esto me hace pensar en cinco preguntas que se deben contestar, desde la perspectiva del mercadeo, sobre cómo deberán ser diseñados los nuevos productos turísticos postpandemia.

¿Cómo afecta la digitalización en la toma de decisiones del viajero?

Es una verdad de Perogrullo que el mundo cambió con la digitalización. En nuestro tema, el viajero se instala en su sala, con una laptop y tiene el mundo a sus pies (y a sus órdenes). Miles de destinos de todo el mundo compiten por esos 500 o mil dólares que aspiran a obtener de los consumidores. Fotos, videos, mensajes, precios, promociones se agolpan ante los ojos del cibernauta que, además (y sin proponérselo) ya le ha dado pistas a los “espías” de internet sobre su forma de vida, hábitos, composición familiar y alcance de su cartera.

Frente a la pregunta de cómo afecta la digitalización al sector, la respuesta es drástica y dramáticamente.

¿Cuáles son las nuevas exigencias de este viajero postpandémico?

Salimos con miedo de un año oscuro y doloroso. Las vacunas, que llegaron para quedarse, están resolviendo en gran parte, esos miedos. Pero todos hemos cambiado. Queremos todo lo que teníamos, pero bajo las nuevas reglas que garanticen la seguridad. Ya no hay lugar a medias tintas en materia de sanidad. Ni en los transportes, ni en los hoteles, ni en los múltiples centros de consumo turístico. El viajero será implacable con aquellos destinos o productos que no garanticen la sana estancia.

¿Tienen nuestros productos la respuesta al viajero preocupado por su entorno y la sustentabilidad de nuestros destinos?

Los parisinos odian a los turistas. Las playas de todo el mundo amanecen bellas y están invadidas de basura en las tardes. Los destinos arqueológicos y los museos son presa de la voracidad de los fotógrafos amateurs que se agolpan frente a las maravillas. Ese modelo de turistas, sin duda, está en extinción. A cambio, hay una firme creencia en un nuevo modelo de viajero, respetuoso del entorno y de los espacios que visita. Este cambio aún está en gestación, pero es un hecho inevitable que la industria deberá estar preparada para las exigencias de este nuevo turista.

¿Cuáles son las nuevas experiencias personalizadas que el viajero moderno está buscando?

Ningún turista de los años 70 podría, ni remotamente, haber imaginado las demandas del turista de este siglo. Variedad y calidad de los alimentos, adrenalina en cada una de las excursiones, playas nudistas que organizan torneos de voleibol, mixólogos, chamanes, guías multilingües, buceadores, pescadores, golfistas, reinas de belleza y cirujanos plásticos… Todos quieren su lugar adecuado para viajar y esperan recibir los beneficios por los que están pagando.

Internet ha abierto la Caja de Pandora y, seguramente, en alguna parte del mundo, lo está aguardando la experiencia especial que espera.

¿Cómo garantizar el acceso a la información más actualizada y confiable, para seguirle la pista a estos permanentes cambios de hábitos en los consumidores?

Un mundo tan interconectado y cambiante, exige estar permanentemente actualizado en las tendencias de los diversos tipos de viajeros. En este modelo nuevo de postpandemia, el turista es mucho más acucioso en sus búsquedas y encuentra mucha más oferta disponible. Para poder actualizar la propuesta de valor de nuestro producto, hay que estar permanentemente en contacto con las herramientas de investigación que marcan las tendencias y adaptar, rápidamente, nuestros productos turísticos para satisfacer dichas exigencias.

POR ROBERTO GAUDELLI

@ROBERTOGAUDELLI

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