COLUMNA INVITADA

2024: El show por la presidencia

Los posibles sucesores a la Presidencia desatan una guerra total por la candidatura

OPINIÓN

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Guillermo Lerdo de Tejada / Columna Editorial / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Quizá la decisión más delicada que enfrenta un presidente es elegir a su sucesor. Mucho está en juego: desde la continuidad de su
proyecto de gobierno, hasta la protección de su grupo político y la forma como pasará a la historia.

En ese momento se conjugan todos los vicios y obstáculos: el mandatario llega desgastado tras cinco años de gobierno; los posibles sucesores desatan una guerra total por la candidatura; hay traiciones, escándalos, rupturas y reacomodos dentro del partido oficial y otros factores de poder. La gobernabilidad misma se pone en juego e incluso ha habido episodios de violencia, como en 1994.

En los últimos 30 años, por distintos motivos, ningún presidente logró heredar el poder a su favorito. Por ello, llama la atención que hace unas semanas López Obrador haya decidido arrancar públicamente la carrera por la sucesión presidencial. Además de confirmar a los dos punteros obvios, Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, el Presidente se dio el lujo de mencionar por nombre a unos siete posibles aspirantes adicionales.

A esta lista hay que añadir a los autodestapados, como Ricardo Monreal. ¿Cuál es la lógica de este atípico arranque de campaña, a menos de la mitad del sexenio de un presidente que aún cuenta con más de 50 por ciento de aprobación?

Una posibilidad es que se trate de una herramienta más de propaganda para mantener entretenidos a los medios y a la población, para distraernos de las múltiples crisis y fracasos del gobierno: la violencia desbordada, la economía y el empleo en picada; la falta de salud e inconformidad popular; el creciente autoritarismo.

Los ciudadanos no debemos comprarnos este show. Lo mejor es ignorarlos, centrarnos en las cosas que importan y seguir exigiendo resultados. Una segunda explicación es que el Presidente busque deliberadamente desgastar a los aspirantes. Bien sea para imponer de última hora una candidatura bajo la manga (o un intento de prolongación de mandato), o bien para que el candidato elegido llegue debilitado a la presidencia y sea totalmente dependiente de AMLO, dócil y manejable.

En todo caso, esta campaña anticipada sólo provocará tres años de enfrentamiento despiadado, con una guerra sucia brutal (personeros del gobierno de Sheinbaum filtrando a medios documentos confidenciales sobre la Línea 12 para atacar a Ebrard).

Como Morena es un partido desarticulado, las traiciones y escándalos serán particularmente indecentes. Como todos los precandidatos son altos funcionarios, veremos un mayor descuido de las responsabilidades de gobierno por estar en campaña.

Los perdedores serán los ciudadanos, cuyos intereses se sacrificarán en el altar de los egos de un puñado de políticos. Este proceso podría salirse de las manos de AMLO, en medio de sus crecientes fracasos como gobierno, de un partido silvestre y de la ambición descontrolada de quienes ya se sienten presidentes. Queda en las oposiciones ofrecer una alternativa civilizada al aquelarre al que se enfila Morena.

POR GUILLERMO LERDO DE TEJADA SERVITJE
DIPUTADO CIUDADANO EN EL CONGRESO DE LA CIUDAD DE MÉXICO
@GUILLERMOLERDO

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