DEFINICIONES

Lozoya, un año de show

Un año y el exdirector de Pemex goza de impunidad. Nadie lo toca, nadie se mete con él

OPINIÓN

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Manuel López San Martín / Definiciones / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Un año y nadie lo ha visto. El exdirector de Pemex Emilio Lozoya llegó extraditado desde España hace exactamente un año y no ha pisado ni un juzgado, mucho menos la cárcel. Hasta ahora, pura saliva. Mucho lodo. De pruebas para señalar y sostener acusaciones, muy poco. Sólo show, desde su llegada —escondido por la FGR—, hasta su actual ubicación, que nadie ha revelado. ¿Dónde está?

Lozoya goza de impunidad. Nadie lo toca, nadie se mete con él. ¿Cuál es el pacto entre la FGR y el exdirector de Pemex? ¿Qué acordaron? ¿A qué se comprometieron? Se habló de videos y grabaciones, pero los materiales filtrados, incluidas las denuncias ante la Fiscalía, de poco han servido para aproximar la justicia. Por el contrario, alimentan una puesta en escena y parecen minar el camino de la impartición de justicia. ¿Queremos juicios mediáticos o consecuencias jurídicas?

Al gobierno del presidente López Obrador parece interesar más el fallo de la opinión pública, por encima del de un juez. Hace casi un año, en agosto de 2020, se reprodujo en una “mañanera” uno de los videos filtrados, donde aparecen Jesús Caraveo Opengo y Guillermo Gutiérrez Badillo, exfuncionarios del Senado ligados al PAN, recibiendo cantidades groseras de dinero en efectivo. Por supuesto que ambos deben enfrentar la ley, por eso el espectáculo no puede reducirse a la exhibición de materiales.

Todo apunta que Lozoya no vino para que hubiera justicia, sino para atizar el fuego contra adversarios del régimen. Si la hicieron, que la paguen. Pero, parece que a la 4T funciona más ver a los enemigos públicos arder por el quemón público, que detenidos. Un año después, un rosario de exfuncionarios ha sido señalado. ¿Qué elementos tiene Lozoya para salpicarlos? Hasta ahora sólo palabras.

En el colmo de la desfachatez, tras un año, el exdirector de Pemex pidió esta semana un mes más para reunir pruebas. ¿Un año no ha sido suficiente para tener elementos, más cuando hubo un acuerdo entre la FGR y el titular de Pemex para llegar al país? ¿A cambio de qué ha tenido concesiones, si no ha mostrado elementos que soporten sus dichos?

Lozoya insiste en que le otorguen el criterio de oportunidad por colaborar. No sólo para él, sino para su esposa, su hermana y su madre, quien está –en teoría– en prisión domiciliaria.

Poco después de llegar al país, el 28 y 29 de julio, Lozoya fue vinculado a proceso por los casos de Agronitrogenados y Odebrecht. 365 días después, goza de libertad e impunidad.

Off the record: El contraste es Rosario Robles. En un mes cumplirá dos años encarcelada. Ayer, uno de sus abogados dejó su defensa. Lo hizo, dijo, porque la exsecretaría no quiso señalar a nadie de sus excompañeros de gabinete. La realidad es que Sergio Arturo Ramírez hace meses no veía a Robles, ni tenía su confianza. El abogado, que se inscribió para ser candidato de Morena en la pasada elección, tenía otros intereses. Su renuncia le ayuda a ella, que mantiene a sus mismos defensores, encabezados por Epigmenio Mendieta.

POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
M.LOPEZSANMARTIN@GMAIL.COM
@MLOPEZSANMARTIN

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