Hay rituales caducos que como quien dice tenemos introyectados “hasta el tuétano”. Prueba de ello es la tradición “del destape”. Muy priísta, por cierto. A un año de las elecciones presidenciales, todas las rémoras del poder se arremolinaban ansiosas alrededor del Señor.
Ajá, como si se tratara de alguna deidad. Todos suspiraban por llegar a sentarse en la grande, pero ESO dependía del dedazo flamígero del Señor en turno. Una vez sucedido el destape, literalmente se “destapaban” las pasiones, el anterior presidente se quedaba flotando en un limbo y circulando a bajo perfil; mientras que EL sucesor acaparaba las luminarias y vivía un año de luna de miel previo a la toma de posesión.
Hubo guerras encarnizadas como la batalla que dio Salinas de Gortari para convertirse en el sucesor. Ricardo III de Shakespeare se queda bien menso. Con decirles que las malas lenguas contaban que como el más propicio era el gobernador de Guadalajara, al parecer la gente del Chupacabras ordenó el robo de cajas de seguridad en aquel Estado, lo que desató el malestar entre la clase media y alta de la zona y lo dejó inviable para fines sucesorios.
En otros casos los críticos no se explicaban las extrañas decisiones a la hora del dedazo. Ejemplos? De la Madrid, quien se dice contribuyó a la “desaparición de cierto papeleo donde constaba el pago con gasolineras a la familia Portillo, por ciertos servicios prestados a la Nación. Claro que no era David Copperfield así que se rumora organizó un incendio accidental en la torre de Pemex.
Y también recuerdo que el chiste era dar madruguete y lograr destapar públicamente al sucesor en algún medio electrónico, antes de que lo hiciera el propio Presidente. La división noticias del aquel entonces afamado NRM, llevaba un campeonato ganado y pensaban repetir el chistecito con su periodista estrella: Sergio Perdomo Casado.
Sin embargo en esta ocasión, les pasaron un borrego (fake news)… toda la redacción se fue con la finta y terminamos destapando a uno que no era. Tan canijo, que hasta contestó una larga entrevista haciéndose tarugo fingiendo ser el candidato y a los pocos minutos, tómala: se dió a conocer el verdadero nombre. Esto marcó la picada de la carrera de muchos periodistas de esa empresa.
Y ahora faltando tres años para las presidenciales del 2024, todo mundo anda alborotado. Insisten en preguntar a MI Presidente acerca de quiénes serían “sus gallos” (curiosamente el recitó más gallinas que gallos). Al no ser nombrado el senador Monreal pidió piso parejo “para cuando fuera el momento de postularse”. Ebrard inmediatamente aceptó el reto. Y qué hizo mi Cabecita de
Algodón?
Contestar que él destapa, pero que aunque las corcholatas se aloquen… el l pueblo elegirá la CORCHOLATA GANADORA. Qué chistoso, desde las películas de ficheras “la corcholata” era el apodo de quien no se podía despegar de la botella!!! Pero eso, ya fue en otro sexenio..
POR FERNANDA TAPIA
DENUNCIAS@FERNANDATAPIA.COM
@TAPIAFERNANDA
MAAZ