El presidente de la república inició la sucesión presidencial dentro de su partido, como gesto adelantado de control de su propia sucesión. Esto da paso a definirlos procesos que la oposición tiene que seguir para el camino hacia 2024.
El 5 de julio el presidente López Obrador anunció los que considera sus probables sucesores, iniciando con Claudia Sheinbaum, Jefa de Gobierno de CDMX; Marcelo Ebrad, Secretario de Relaciones Exteriores y Juan Ramón de la Fuente, embajador de México ante la ONU. Además de Esteban Moctezuma, embajador de México en Estados Unidos; Tatiana Cluthier, Secretaria de Economía y Rocío Nahle, Secretaria de Energía.
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Los precandidatos oficialistas ya están anunciados, la oposición avanza, pero va unos pasos atrás.
Los presidentes del PAN, PRI y PRD ya anunciaron sus intenciones de seguir juntos hasta el 2024, sin embargo tienen que hacer definiciones para consolidar ese camino juntos. Además de transitar la vida diaria de la alianza en los congresos federal y locales que inician en el mes de septiembre.
El 2024 parece lejano, pero se vivirá un continuo de elecciones que lo hacen más cercano; en 2022 se elegirán gobernadores en Oaxaca, Tamaulipas, Hidalgo, Durango, Aguascalientes y Quintana Roo. En 2023 se elegirán los gobernadores de Coahuila y Estado de México.
La elección presidencial de 2024 también incluirá la de diputados locales y federales, así como las gubernaturas de Chiapas, CDMX, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán.
En ese sentido cobra importancia que desde la oposición se acelere el paso en dos carriles; por un lado, en la definición y consolidación de la alianza, y por otro, en la construcción de las reglas para participar y seleccionar al candidato presidencial de 2024, así como los otros candidatos a los puestos de elección.
El mecanismo que definan ya sea través de encuesta, elección interna, designaciones o cualquier otra modalidad, debe de ser transparente, plural y competitivo.
La claridad de las reglas y su definición temprana permitirán que la oposición tenga mayores posibilidades de competencia ante un partido oficialista que ya cuenta con precandidatos, quienes no dudarán seguir avanzando con recursos públicos para fortalecer su imagen ante el electorado.
También es importante que la oposición construya su propia narrativa, basarse solo en el antagonismo y errores del gobierno actual no será suficiente; funcionó para el contrincante en 2018, pero no parece ser suficiente para la oposición en el 2024. Se tiene que agregar a la narrativa un futuro deseable y alcanzable, que tiene que ir alineado con buenos perfiles para candidatos y mejores equipos para gobernar.
POR FAUSTO BARAJAS CUMMINGS
ESPECIALISTA EN INFRAESTRUCTURA
@FAUSTOBARAJAS
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