SILBATAZO INICIAL

Mercadotecnia fallida…

Las autoridades futbolísticas apelaron al raciocinio que debe imperar en una especie como la nuestra, en el tema del grito llamado “homofóbico”, pero está claro el fracaso

OPINIÓN

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José Eduardo Iga / Silbatazo inicial / Opinión El Heraldo de México

Ya citábamos, en entregas anteriores, lo complejo que ha supuesto para la Federación Mexicana de Futbol erradicar el grito llamado “homofóbico” por parte de la FIFA. Campañas vienen, campañas van. El ser humano, por inercia, es terco y cuando es convocado a no hacer algo, con más razón lo lleva a cabo. “El peligro me produce una especie de deleite”, escribió Oscar Wilde, de los tipos más brillantes en las letras británicas y mundiales.

En los países en vías de desarrollo, como México, las sanciones por cualquier acto son blandas y el resultado se traduce en un territorio con serias lagunas legales, donde la gente hace lo que quiere, dado que se sabe que rara vez se respetará la ley.

Desafortunadamente, el ser humano no entiende con palabras, por lo que “hasta que se ahogue el niño, se tapará el pozo”. Si se sigue incurriendo en esta conducta, México podría quedar fuera de la Copa del Mundo; claro, si es que a la FIFA sí le da por sancionar o, como suele acostumbrar la poco honorable institución, prefiere sólo amenazar y llenarse los bolsillos de puras multas. Que la Selección no vaya supone una pérdida millonaria de dinero para la Federación nacional e internacional.

Las autoridades futbolísticas apelaron al raciocinio que debe imperar en una especie como la nuestra. En eso estoy de acuerdo, “con palabras te digo las consecuencias de que sigas gritando”; sin embargo, al ver que no funciona, los protocolos, bajo mi perspectiva deberán cambiarse. 

No se entendió por las buenas, tendrá que ser por las malas. El protocolo actual es: primer grito, detengo un rato el encuentro. Segundo, vuelvo a detener nuevamente. Tercero, los jugadores se van a los vestidores y en el cuarto se suspende definitivamente el partido. La picardía del mexicano da como para pensar: “Bueno, tengo margen de gritar tres veces y no pasa nada”.

Señores de Concacaf, duele decirlo porque, insisto, la cabalidad es lo que siempre debería imperar; sin embargo, como no es así, déjense de sanciones tan blandengues. A la primera vez que se grite, que pierda México el compromiso. Seguramente los compatriotas en Estados Unidos se lo volverán a pensar dos veces, dado que pagan entradas que no se caracterizan por ser baratas. Póngase a pensar. Esta manifestación se produce al minuto cuatro y el árbitro dice “se acabó”, sin que haya una tolerancia. ¿Lo volverían a hacer? Lo dudo.

Ahora, desafortunadamente, se suma otro problema. La campaña masiva en redes sociales de #SinAscensoNoHayMundial, por el problema que tuvo el Irapuato que logró su ascenso de modo deportivo a la Liga Expansión y no se lo dieron. Difícil será parar la bola de nieve. Lo que es un hecho es que lo implementado no funciona. O cambian, o quizá tendremos que ver el Mundial por televisión.

POR JOSÉ EDUARDO IGA 

TITULAR DE ARREBATO DEPORTIVO EN EL HERALDO RADIO TORREÓN 

TWITTER: @JOSE_IGA

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