DEFINICIONES

Marcelo está en el juego

Mientras Sheinbaum sigue negando lo obvio, Ebrard se apuntó para 2024 y el presidente lo dejó correr

OPINIÓN

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Manuel López San Martín / Definiciones / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En el mar de simulaciones, se agradece la franqueza. Son otras formas, son otros tiempos. Se valora el que, frente al choque soterrado entre corrientes dentro de Morena, el Presidente abra la baraja de la sucesión. Adelantada, sin duda, pero así andan los ánimos.

Se agradece que ayer se sincere el Canciller Marcelo Ebrard y diga, con todas sus letras, que buscará ser candidato presidencial. En el mismo sentido, aunque en otro ánimo, también con franqueza, el coordinador de los senadores de Morena Ricardo Monreal, ha expresado su deseo de participar en la contienda. Esa sinceridad contrasta con las evasivas de la Jefa de gobierno Claudia Sheinbaum. Ayer, de nuevo, ante preguntas de la prensa, dio la vuelta al tema. “No quiero comentar sobre eso porque se va a hacer la gran nota”, respondió.

No es ninguna novedad que ella no se mueve sin el visto bueno de Palacio Nacional. Tampoco es secreto que el Presidente buscó blindara ante las crisis que amenazaban con arrastrarla, la tragedia en la Línea 12 que cobró la vida de 26 personas y el fracaso electoral en la CDMX donde Morena perdió 9 de 16 alcaldías. Sheinbaum sigue la línea presidencial, lo mismo en el tema del Metro, donde el presidente le ha prohibido hablar, que de la sucesión.

¿Tendrá vida política propia o su suerte será solo la que AMLO decida o pueda garantizarle?

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Las palabras de Ebrard, merecen una lectura entrelíneas. No solo por el contenido, sino por el lugar en el que las dijo. Más cuando llegan tres días después de la comida del sábado pasado en un rancho en Ocoyoacac, Edomex, donde se reunió con amigos y colaboradores, para hablarles de la sucesión, de su lealtad al Presidente, de quienes olvidando su cercanía con AMLO buscaban –incluso dentro de Morena- descarrilarlo y de su deseo de participar en 2024.

Nunca, como ayer, habíamos visto jamás un destape frente al presidente. El Canciller acomodó su juego.

“En primer lugar hay que agradecer al Presidente que nos tome en cuenta, segundo lugar faltan dos años y medio; dediquémonos a trabajar seamos eficientes, respetemos a los demás; actuemos en función de eso. No perdamos la concentración en lo que estamos haciendo, seamos consistentes, perseverantes y leales. Y por supuesto que cuando se den las normas, lleguen los tiempos, estamos a la mitad del gobierno, estemos preparados para participar de acuerdo a las reglas (…). Esa es la posición en la que yo estoy y mis colaboradores amigos. No vamos a distraernos y vamos a seguir actuando con eficiencia”, afirmó luego de que le preguntaran sobre la reunión del fin de semana y 2024.

Y si eso fue llamativo, no lo fue menos la respuesta de López Obrador.

“Ya no hay tapados”, dijo. “Ya son otros tiempos (…) ahora es otra etapa, ya no existe esta modalidad de elegir a los candidatos”, señaló. “Hay que dejar en el pasado esas prácticas del tapadísmo, la designación, del dedo o aquellas frases célebres, legendarias, de que el que se mueve no sale en la foto”, aseguró después de que Marcelo se moviera para salir en la foto. No hubo disgusto, en todo caso pareció un espaldarazo permisivo para dejarlo correr.

Ebrard habló con claridad sobre su aspiración frente al presidente en Palacio Nacional. La estampa marca su arranque en la carrera. No juega a la simulación, como Sheinbaum, que sigue negando lo obvio. Mucho menos se confronta, como Monreal lo hizo la semana pasada, luego de no ser mencionado en la baraja presidencial. Marcelo se muestra cercano, pero con vida propia. La Jefa de gobierno solo reúne la primera característica. El senador, la segunda.

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Ebrard acalló el rumor de quienes lo presentaban como lejano al Presidente. El destape ayer en pleno Palacio Nacional, refuerza la historia que ambos han trazado en paralelo. Desde que Marcelo fue candidato del Partido del Centro Democrático al gobierno de la Ciudad y declinó por AMLO en una muy apretada contienda con Santiago Creel, hasta lo que desde la Cancillería ha resuelto en lo que va del sexenio, pasando por el apoyo del hoy Canciller en 2011-2012 para que López Obrador alcanzara la candidatura presidencial. La historia es pública.

Las cartas se abrieron antes de tiempo. 2024 se adelantó. Sheinbaum quedó expuesta, Monreal lastimado, y Marcelo con la posibilidad de acomodar su juego. Y eso está haciendo.