DESDE AFUERA

El fin de una guerra...

La meta era el derrocamiento del Talibán que se realizó a fines de 2001; y la muerte de Osama bin Laden, el líder de Al-Qaeda, que sucedió en 2011

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El próximo 31 de agosto terminará simbólicamente la intervención militar estadounidense en Afganistán, la guerra más larga en la historia de Estados Unidos y una que ha sido extraordinariamente costosa en más de un sentido.

Ese día concluirá formalmente un proceso que comenzó tímidamente, si se quiere, durante el régimen de Barack Obama y se acentuó bajo Donald Trump. 

Pero también es una decisión que deja interrogantes sobre el papel de Estados Unidos en el mundo.

Cierto que la intervención estadounidense en Afganistán fue una guerra iniciada con gran fanfarria, y como represalia por el refugio del gobierno afgano a los perpetradores de los ataques del 11 de septiembre, pero se convirtió poco a poco en un conflicto del que la mayoría deseaba olvidarse.

La realidad es que era una guerra que de ser prolongada más entraría en su tercera década, sin victoria posible ni definiciones claras, y que alteró las alianzas de EU en la región.

En términos humanos, hubo un total de 2,312 militares estadounidenses muertos y 20 mil 66 heridos desde 2001. El número de civiles fallecidos en Afganistán oscila entre 35 mil y 40 mil.

Económicamente, la guerra ha costado directamente más de un millón de millones de dólares y sus gastos más amplios, al menos, duplican esa cifra, incluso exceden el costo total del Plan de Rescate Estadounidense propuesto por el presidente Joe Biden, considerado como uno de los proyectos contra la pobreza más grandes desde la legislación de la "Gran Sociedad" de la década de 1960.

La meta de la guerra, el derrocamiento del movimiento Talibán se realizó a fines de 2001; y la muerte de Osama bin Laden, líder de Al-Qaeda y organizador de los ataques del 11 de septiembre, ocurrió el 2 de mayo de 2011, tras un raid estadounidense contra su refugio en Abotabad, Pakistán.

Pero la presencia de tropas estadounidenses se había convertido en una garantía de supervivencia para el gobierno afgano, asediado por la influencia del Talibán, transformado en un movimiento islámico nacionalista de resistencia contra el dominio estadounidense.

De hecho, se cree probable que el movimiento Talibán se vuelva a encontrar en una posición dominante tan pronto las tropas de Estados Unidos formalicen su salida, subrayada el lunes con el retiro del general Austin Miller, comandante aliado en Afganistán. El movimiento Talibán, que dice tener control de 85% del país, inició contactos con países vecinos, especialmente Rusia e Irán, como señal de que se trata ahora de un grupo más maduro  abiertamente a la negociación.

Por su parte, EU ha sido, y con todos sus errores, la superpotencia que impuso el orden internacional que prevaleció después de la II Guerra Mundial y mantuvo gracias a su fuerza militar y económica una estabilidad internacional, que comenzó a resultarles económicamente onerosa y políticamente divisiva tras la caída de la Unión Soviética, y que ahora los lleva a revisar su papel internacional. 

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS.
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM 
@CARRENOJOSE1

dza