DES... PROPÓSITOS

El COVID-19 y la pobreza humana

Es increíble que aún surjan supuestos estadistas que rechazan atender temas cruciales para la vida terrestre. Los problemas no resueltos pasan factura

OPINIÓN

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Agustín García Villa / Des... Propósitos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La especie humana es más débil de lo que parece. En pleno siglo XXI, cuando se habla de grandes descubrimientos científicos e innovaciones tecnológicas, aparece un simple virus que pone de rodillas al mundo, cuyos efectos acaban con millones de vidas y arrasan con gran parte de la actividad económica y social a lo largo y ancho del orbe, al margen de sociedades, religiones, posiciones políticas o ubicación geográfica.

Algunos países parecen haber logrado controlar la pandemia, pero son más las regiones donde poco se ha avanzado por la falta de información, recursos, y, sobre todo, por la carencia de vacunas, lo que supone no sólo muertes, sino prolongar la parálisis económica, con el consecuente aumento de pobreza y de la brecha entre países ricos y pobres.

Parece contradictorio que mientras se invierten enormes recursos en buscar vida en el universo, en nuestro planeta haya horribles tragedias para las que no hay respuestas: ¿No valdría la pena poner más atención a los retos que enfrentamos ahora, aquí, y luego emprender las costosas investigaciones de vida extraterrestre?

Es también inexplicable nuestra pasividad como especie ante situaciones clave para la supervivencia, como la erosión ambiental que sufre el planeta. Apenas se alcanzan a ver algunos esfuerzos por tratar de enmendar daños ocasionados por años a la naturaleza en general.

Es increíble que aún surjan supuestos estadistas que rechazan atender temas cruciales para la vida terrestre, y busquen hacer creer que los procesos ecológicos se ajustan y adaptan a las necesidades humanas y no al revés. Ignoran tal vez que los problemas no resueltos pasan luego factura, como pudo ser el caso del coronavirus.

Es aún peor que en medio de las crisis, esos mismos “estadistas” parezcan indiferentes cuando millares de personas mueren en la desgracia y el sufrimiento.

Es igualmente triste el papel desempeñado por gobiernos y empresas transnacionales farmacéuticas, al buscar ante la crisis las mayores posibilidades de lucro. Puede verse en la discriminatoria política para la distribución de los fármacos en detrimento de los países más pobres, o en su rechazo, ante la tragedia, a divulgar sus fórmulas y quizás permitir que miles de laboratorios alrededor del mundo elaborasen vacunas que habrían salvado millones de vidas.

Frustrante es que algunos gobiernos, sobre todo autoritaristas, hayan optado por vacunar prioritariamente a grupos simpatizantes y no a los más vulnerables, para mostrar también la mezquindad humana en aras de mantener el poder.

El mundo está de cabeza. Las prioridades de la especie no están en atender problemas que amenazan su estancia en la tierra. Las grandes potencias están más empeñadas en dominar el mundo que en preservarlo.

En uno de sus famosos versos el maestro Facundo Cabral decía… Don Juan Comodoro buscaba agua y encontró petróleo… ¡pero se murió de sed!

POR AGUSTÍN GARCÍA VILLA
ANALISTA ECONÓMICO
ORBE@ELHERALDODEMEXICO.COM

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