LA ENCERRONA

La mañana del 7 de junio

Estas elecciones dejaron entrever que López Obrador y Morena no tendrán el camino fácil con miras para la consulta de revocación de mandato

OPINIÓN

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Adriana Sarur / La Encerrona / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

“Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí” 

Augusto Monterroso

México despertó la mañana del 7 de junio y... el dinosaurio todavía estaba allí. La jornada electoral más grande de la historia del país nos dejó varias enseñanzas. 

En primer lugar, la percepción de que el gran perdedor fue Morena, pero en realidad no es así. El partido del Presidente sale fortalecido al interior del país, con 11 de las 15 gubernaturas que estaban en disputa (pasa de seis a 17), aunado al control de 18 congresos locales (mismos que en 2018), así como el mantenimiento de la mayoría simple en la Cámara de Diputados (unos 279 escaños). Sin embargo, esta percepción de derrota fue la campanada que se da en la capital del país, perdiendo nueve de las 16 alcaldías en juego. Un duro golpe al bastión cuatroteísta y para el gobierno de Claudia Sheinbaum.  

En segundo lugar, estos comicios muestran que la participación ciudadana es base fundamental para que una democracia funcione. En esta ocasión, aunque se pensó que por la pandemia la sociedad no saldría a votar, acudieron a las urnas más de 50 por ciento del padrón electoral, situación poco habitual en elecciones intermedias —con niveles de 35 y 40 por ciento—y, en gran medida, es lo que permitió cambiar el mapa electoral del territorio nacional. 

Otra enseñanza para la democracia mexicana es que, para que se generen los contrapesos necesarios (y en este caso urgentes), es indispensable una sociedad más y mejor informada, la diferenciación del voto, así como realizar los premios y castigos conforme a la gestión anterior inmediata, como sucedió en la CDMX y, en menor medida, en la Cámara de Diputados, donde Morena y el Presidente tendrán que formar consensos con otras fuerzas partidistas, y ahora sí se le podrá mover más de una coma a los designios del titular del Ejecutivo.  

Sumado a la alta participación, a la generación de contrapesos y al respeto de los resultados, se le debe añadir la importante participación del INE, que fue el garante de unos comicios ordenados, transparentes y legítimos en todo el país. 

La experiencia del domingo nos mostró que por más que se haya vilipendiado por meses, es un baluarte de la vida democrática mexicana y tiene que fortalecerse cada vez más. 

Por último, estas elecciones dejaron entrever que López Obrador y Morena no tendrán el camino fácil con miras para la consulta de revocación de mandato prevista para 2022 ni mucho menos para las presidenciales de 2024, en las cuales Morena ya echaba las campanas al vuelo. 

Para seguir en este tenor, alcaldes, gobernadores y legisladores de las distintas fuerzas a Morena que resultaron ganadores, deberán de realizar un gran trabajo con la ciudadanía. Si no se hace, el riesgo de que volvamos a tener un gobierno sin equilibrios es latente, lo que podría llegar a ser catastrófico para la vida democrática, para nuestras instituciones, y otra vez despertaremos y el dinosaurio seguirá estando allí. 

POR ADRIANA SARUR
ADRIANASARUR@HOTMAIL.COM
@ASARUR

DZA