COLUMNA INVITADA

Certeza sobre la mesa

Tal vez estas elecciones intermedias serán las más judicializadas de la historia de nuestro país

OPINIÓN

·
Georgina Trujillo/ Colaboradora/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Las elecciones que en otro tiempo parecían bastante definidas para Morena, se complicaron más de lo imaginado. Para el momento de publicada esta columna, las impugnaciones de aquellas contiendas que se pretenden ganar sobre la mesa estarán cayendo a montones ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Se espera que las denuncias ronden entre las 25 mil y 32 mil. Tal vez estas sean las elecciones más judicializadas de la historia; sin embargo, ¿qué tanto podemos decir que nuestro órgano encargado de dirimir diferencias electorales sea confiable?

Estamos hablando del árbitro encargado de poner orden y hacer valer la voluntad de los ciudadanos en las urnas. Dadas las pugnas internas que arrastra el Tribunal que preside hoy el polémico José Luis Vargas Valdez, las señales que se mandan, en efecto, preocupan.

Su tendencia a ser demasiado favorable con el gobierno en turno es ampliamente conocida. Tal es el caso de su pretensión de dilatar, de manera unilateral, las sesiones para resolver temas de urgencia, entre ellos, el retiro de la candidatura de Salgado Macedonio; al punto de recibir un exhorto por parte de sus compañeros para retomar las discusiones a la brevedad.

Vargas también fue denunciado por tratar de obligar a los consejeros a que hicieran público y por adelantado el sentido de su voto en las sesiones públicas. La presión mediática lo hizo recular. En el caso de las resoluciones que se dan a las controversias, suele haber un elemento errático.

No hay criterios definidos, como se dice una cosa un día, se dice otra al siguiente. Cuando el INE, hasta hace unos días, emitió una serie de lineamientos que intentaban dar transparencia a los pagos que otorgan los partidos a sus representantes de casilla, el Tribunal los echó para atrás. A todo, esto se añaden las indagaciones por lavado de dinero y enriquecimiento ilícito a las que está sujeto el magistrado presidente Vargas Valdez.

¿Esa es la calidad de los funcionarios, guardianes de nuestra democracia? ¿Sobre qué fundamentos podemos erigir nuestra voluntad ciudadana? El proceso electoral reciente exige, como siempre lo ha exigido en nuestro país, altura de miras, eficiencia y confianza en el árbitro encargado de nuestras transiciones de poder.

Presenciamos expectantes dos escenarios: el deterioro de una vida democrática nacional que apenas florecía después de 30 años, o la garantía de su estabilidad de cara al futuro. De lo que decida el Tribunal en los próximos días, tendremos una idea de lo que nos espera.

Ya hay advertencias, embestidas y linchamientos mediáticos desde la plataforma mañanera del presidente para cambiar las reglas electorales y a las instancias encargadas de aplicarlas.

Si resulta que, en la mesa, Morena obtiene la mayoría legislativa que necesita para sacar adelante estas iniciativas retrógradas, podemos irnos despidiendo de México tal y como lo conocemos. Y no se trata de una exageración.

POR GINA TRUJILLO
COLABORADORA
@GINATRUJILLOZ

MAAZ